Circo que revive pueblos

M. URIZARNA  / Ciruelos
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Más de 1.000 espectadores acuden desde toda España, Francia y Bélgica al primer Festival Internacional de Circo de Ciruelos de Cervera, una cifra cinco veces mayor a la esperada por la organización, con la que se ha volcado todo el pueblo

Eva Sagani ofreció un espectáculo de magia muy singular. - Foto: Valdivielso

Cuando la magia del circo y el teatro de calle se juntan con el ambiente festivo y el entorno rural, nada puede salir mal. Artistas internacionales, compañías locales y bandas de música han actuado este fin de semana en la primera edición del Festival Rural Internacional de Circo de Ciruelos de Cervera (Friccc), una localidad cercana a Aranda de Duero, al que han acudido más de 1.000 personas.  

El festival nace como forma de reivindicar que en los pueblos pequeños como este, que cuenta con apenas 100 habitantes, y no tiene médico ni medios de transporte, aún vive gente. «Hemos querido juntar lo tradicional y lo rural con lo internacional, que la gente que no conoce nuestra cultura se acerque y también comparta su arte con nosotros», explicaba Sara Martínez, organizadora del evento y artista del elenco del Friccc. 

A esta fiesta, instalada en el polideportivo municipal de Ciruelos de Cervera y alrededores, han acudido compañías y artistas locales, como Kicirke y Jean Philippe Kikolas, grandes referentes circenses de Burgos, e internacionales. El punto fuerte fue Hippana.Maleta, una compañía alemanoirlandesa, que ofreció un increíble espectáculo de malabares, y que recibió la pasada semana un premio internacional en el Festival de Teatro y Artes de Calle de Valladolid. 

Para poner fin al evento circense, ser organizó en la tarde de ayer un cabaret de artistas con pequeños números y una presentadora con mucho desparpajo, que mantuvo al público entretenido y atento a pesar del sofocante calor que hacía. Espectáculos de mástil chino, magia, acrobacias y payasos pusieron el broche final. Y durante todo el fin de semana pequeños y mayores disfrutaron de clases de yoga, talleres 'circle song', cuenta historias, juegos tradicionales, iniciación al circo, un 'vermut carnaval' y mucha música.

Por el escenario pasaron un total de 28 artistas, de dos compañías mundiales y nueve españolas, y tres grupos de música: Arroz Catalina, procedentes de Aranda; Cacho Cósmico, de Valladolid, y el dj Janfree, encargado de ambientar la noche. 

Pese a ser la primera edición de las muchas se tiene intención de hacer, acudieron a Ciruelos de Cervera personas del País Vasco, Barcelona, Andalucía, Valencia y Extremadura, y también de Francia y Bélgica. Caravanas y furgonetas llenaban el aparcamiento que la organización habilitó para los venidos de fuera. «Teníamos expectativas de que vinieran unas 200 personas, pero el festival ha movido más de lo que esperábamos y ha sido muy bonito y emocionante», comentaba la artista.

Martínez destacó también la participación e implicación de los vecinos del pueblo, que voluntariamente se ofrecieron a construir muebles con palés e instalar zonas de sombra. El bar de Ciruelos se encargó de montar las barras en el recinto y de dar las cenas del sábado, y el Ayuntamiento, la Asociación Cultural la Fragua colaboraron en la organización. 

El festival reunió también a un grupo de ciruelinos residentes en Madrid que se juntaron para tocar canciones tradicionales de la tierra, que hizo que todo el público acabara bailando jota. «La gente de aquí se ha sorprendido al encontrarse a tantas personas, pero para ellos es una oportunidad para venir y juntarse», comentaba Molly Cob, compañera de Sara. 

Con este tipo de eventos se pretende acercar la cultura a los pueblos como Ciruelos de Cervera, en los que es difícil instalarse y hay que salir para comprar, ir al médico y a la escuela. Además, el festival abogó por la sostenibilidad, se repartieron únicamente vasos reutilizables y se promovió viajar en vehículos compartidos.