El UBU Bajo Cero se ejercitó ayer por última vez en Burgos antes de afrontar la final de la Copa del Rey el domingo ante Alcobendas. Las últimas sesiones de los gualdinegros han tenido como escenario Pallafría y es que el cuerpo técnico ha querido que los suyos se acostumbren al césped natural, superficie que se encontrarán en el Carlos Belmonte.

Caras sonrientes y plenas de ilusión son protagonistas en una plantilla que sabe que está ante una gran oportunidad de pasar a la historia. Aunque son muchos los que entienden esta final como la recompensa al trabajo bien hecho. La temporada del conjunto burgalés ha sido notable y llega a la cita más importante de su historia con los deberes hechos y convencido de que tendrá opciones de conseguir el triunfo regresar con la Copa a Burgos.

La entidad de San Amaro no ha parado de dar pasos hacia adelante en los últimos años y la cita del domingo es un escalón más. Lograr la victoria supondría otro avance, pero el simple hecho de disputarla ya es algo a tener muy en cuenta.

(Más información y entrevista al jugador holandés David Weersma, en la edición de papel de hoy de Diario de Burgos)