Las pasiones de la pasión por Santiago Ontañón

B.A.
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La historiadora Esther López publica una nueva edición, «aumentada y completada», sobre la biografía que dedicó al escenógrafo cántabro hace 20 años y al que investiga desde hace 30

Esther López presenta este jueves en la Casa de Cultura de Villarcayo su última publicación. - Foto: Celedonio Martínez

Santiago Ontañón (1903-1989), escenógrafo y dramaturgo del ámbito de la Generación del 27, es uno de los personajes que más apasiona a la incansable investigadora Esther López Sobrado. Indaga sobre su vida desde hace más de 30 años y a él dedicó hace casi 20 el libro Las Pasiones de Santiago Ontañón, una extensa biografía sobre este hombre cántabro ligado a personajes como Lorca, Rafael Alberti, Alejandro Casona, Buñuel o Margarita Xirgú. Pero el enganche de esta profesora e historiadora por Ontañón hace que le sea imposible no seguir averiguando sobre su vida y obra. «De niña me gustaba jugar a los detectives y de mayor es lo que estoy haciendo», bromea la exprofesora del IES Merindades, que tras recopilar mucha más información sobre él ha decidido volver a publicar el libro. «Una nueva edición, revisada, aumentada, corregida, completada...», lo define Esther, que presenta hoy, a las 19.30 horas, a su último hijo literario en la Casa de Cultura de Villarcayo, donde reside. 

En esta nueva publicación, López Sobrado mantiene el mismo esquema, pero homenajea al escenógrafo presentándolo como si fuera un personaje en el ambiente y los lugares en los que él se movió. «Una época de las más brillantes que hemos tenido, que me da mucha envidia y en la que me hubiera gustado vivir, en ese mundo de las tertulias, de las conversaciones...», relata la autora, que recrea en su libro estos lugares y también aquellas casas en las que Ontañón vivió y que ha tenido la ocasión de conocer, como la casa de Pablo Neruda, en Chile, o el Palacio del Elsedo. «Son lugares impresionante y que me imagino llenos de risas y de gentes», cuenta. 

En estas nuevas páginas queda completada también la relación de amor epistolar que mantuvo Ontañón son su exmujer. Esther López encontró en un viaje a Chile, donde fue buscando más pistas sobre su personaje, aquellas cartas de puño y letra cargadas de sentimiento que el escenógrafo envío a su expareja, ya viuda de su segundo marido, con la intención de recuperarla. «Después descubrí las cartas que ella enviaba a Santiago, que completan a las anteriores y que evidencian una historia de amor preciosa», explica en relación a parte del nuevo contenido de la obra. 

En ese viaje al país andino, la historiadora halló en la Universidad de su capital un ejemplar de la revista Luna, de la que solo se editaron 30, mecanografiados uno a uno e ilustrados de igual forma por Ontañón en algún momento entre 1939 y 1940, «cuando vivió exiliado junto a otras 10 personas en la Embajada de Chile en Madrid». 

Justicia. Para Esther López, Ontañón es «un ser de luz» al que tuvo la suerte de conocer personalmente ya en sus últimos años de vida y al que quiere devolverle su espacio. «Hablar y escribir sobre él es una cuestión de justicia. Esta gente tuvo muy mala suerte. Eran la punta del iceberg de nuestra cultura antes de la Guerra Civil y se les ha borrado de nuestros libros de texto. Tuvieron que exiliarse y cuando volvieron ya eran mayores y hay que tratar de darles el lugar que se merecen», relata. Además, respecto a Ontañón, asegura que no ha encontrado ni una sola sombra entre todas las personas que le han hablado de él. «Cuando investigas a una persona siempre hay alguien que te cuenta algo negativo sobre ella, pero en el caso de Santiago no ha sucedido. Todos le definen como un ser angélico, divertido, conversador... Tiene un montón de cualidades que yo admiro en un ser humano», añade la autora. 

En ese espejo que Exther López Sobrado hace de la vida y obra de este personaje, también refleja su faceta como actor y director desde que volvió del exilio en los años 50 hasta finales de los 70. «En la película El verdugo, de José Luis Berlanga, tiene un papel muy gracioso, y en Varietés, de Bardem, este último le hace una especie de homenaje al escenógrafo, que dejó una gran estela en nuestro país y en otros como Chile, Argentina, Perú y Uruguay», explica en relación a su vinculación con el séptimo arte.