La tormenta perfecta que forman la despoblación, las dificultades económicas de los pequeños municipios y una herencia envenenada que ha dejado en manos de los ayuntamientos de la provincia propiedades de orígenes muy diversos también se reflejan en los inmuebles municipales. Hay decenas de ellos sin uso, vacíos a la espera de que alguien tenga una idea para recuperarlos o sacarlos adelante, pero es muy difícil lograrlo. A veces, imposible.

Los ayuntamientos de la provincia de Burgos arrastran entre sus edificios públicos un total de 384 inmuebles sin ningún tipo de uso. El dato se obtiene de la última publicación de la Encuesta de Infraestructuras y Equipamientos Locales, que tras varios años sin actualizarse acaba de colgar las cifras de 2021 en la web del Ministerio de Política Territorial y Función Pública. Si lo comparamos con este mismo análisis elaborado en 2010, en aquel entonces se registraban 480, así que la cifra se ha reducido de forma considerable.

Los esfuerzos de los municipios en recuperar viejas dependencias olvidadas han dado como resultado la disminución en casi un centenar de casos de edificios vacíos, pero a la vista está que las iniciativas no son suficientes. Harán falta más líneas de ayuda, más corporaciones con imaginación y más demanda social para conseguir reducir el listado.

Volviendo a los fríos números de la estadística podemos obtener que las casi 385 propiedades sin uso suman una superficie construida de 12.499 metros cuadrados, con un volumen de 85.000 metros cúbicos. Y eso que en muchos casos hablamos de meros solares donde los antiguos inmuebles han desaparecido. De ahí que la extensión total de las parcelas ascienda a los 89.915 metros cuadrados.

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