La solución a la aparición de grietas en las casas y al hundimiento de las aceras en Villatoro como consecuencia de la acción de las aguas subterráneas del arroyo que atraviesa el barrio tendrá que esperar al menos unos meses más. Cuando ya parecía que, después de más de una década, las obras prometidas iban a ser inminentes tanto con la adjudicación de los trabajos para la construcción de dos pozos de drenaje como del estudio para realizar un seguimiento de la evolución durante tres años se vuelve a la casilla de salida.

Por un lado, el Ayuntamiento no dispone de la autorización de la Confederación Hidrográfica del Duero (CHD) para llevar a cabo la actuación y, por otro, esta no se podría realizar al menos hasta agosto, momento en el que se reduce el caudal del arroyo. Los trabajos fueron autorizados en julio de 2018 y en la resolución se contemplaba un plazo de un año para la ejecución y dos años para el drenaje de las aguas subterráneas, de modo que la misma ha caducado.

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