Patronal y sindicatos iniciaron ayer viernes a mediodía la negociación del convenio más grande y relevante de todos los que hay establecidos en la provincia de Burgos: el de la industria siderometalúrgica. Las condiciones laborales de 15.000 trabajadores están en juego y alcanzar un acuerdo de forma rápida parece ser una opción prácticamente imposible.
Las pretensiones que comparten los sindicatos son diametralmente opuestas a las que defiende la Federación de Empresarios del Metal de Burgos. Prueba de esto es que la subida salarial del 4,5% que pusieron ayer sobre la mesa UGT y CCOO -con la consecuente revisión hasta el IPC anual- fue calificada como una «barbaridad» por Femebur. La plataforma que aglutina la posición de los miles de empleados plantea un convenio solo para 2023, hecho que los empresarios no están dispuestos a asumir. «Pasarnos un año entero negociando para firmar un convenio que pronto caduque no tiene sentido», afirma Andrés Hernando, líder de la patronal.
El secretario general de la Federación de Industria, Construcción y Agro (FICA) de UGT, Ramiro Marijuán, reconoce que la vigencia no es una línea roja ya que valorarán extenderlo «en función de lo que nos ofrezcan».
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