Todo ese ejército de zascandiles que deambulamos por el mundo estamos más que acostumbrados a saltar de equivocación en equivocación, a no acabar de acertar nunca, pero no contábamos con que los solemnes doctores que se dedican a escribir las leyes cometiesen un día los mismos pecados que nosotros: se ha armado una zapatiesta de aquí te espero por la vía de agua descubierta en la recién estrenada Ley de Garantía Integral de la Libertad Sexual, también llamada del 'solo sí es sí', un agujero normativo que está moviendo a varios tribunales a revisar a la baja algunas condenas por abusos sexuales. Los jueces de la Audiencia Provincial de Burgos, como muchos otros, ya han aplicado las primeras rebajas, y en los medios de comunicación ha resucitado el caso de la Manada, que removió la sociedad española en 2016.
Tampoco es que antes del fiasco de la nueva ley albergásemos la tranquilizadora sensación que la justicia amparaba el principio de equidad y de respuesta proporcional y razonada a las conductas antisociales, al menos en este tipo de delitos, pues hemos asistido en los últimos tiempos al estupefaciente espectáculo de sentencias que iban del cero al infinito en función del tribunal que juzgara un mismo caso. Y el debate de estas últimas semanas está resultando de una indigencia intelectual descorazonadora, limitado a un intercambio de improperios entre los que opinan que una ley será mejor cuanto más duras sean las penas que se imponen y los que tildan de machistas los que se atreven a criticar la nueva norma.
Como casi siempre ocurre, uno lee los periódicos y tiene la impresión de que el exceso de ruido le impide entender de forma cabal la realidad que le rodea, y tiene que recurrir al arte para encontrar algo de luz. Una novela recién publicada, profunda y agilísima, inspirada en la tristemente célebre manada sanferminera y que huye conscientemente del morbo para sumergirse en el alma humana, indaga de forma oportunísima en el dolor de las víctimas que ven cuestionado su relato en los tribunales y en la calle y describe con agudeza el pavoroso vacío social que se crea en torno a ellas. Lean, por favor, Mira a esa chica, el debut literario de Cristina Araújo; les ayudará a hacerse las preguntas adecuadas.