Un holandés con raíces africanas

C.P.
-

Nació en Zimbabue, vivió un tiempo en Malawi y con 8 años se mudó a los Países Bajos. Habla cinco idiomas y este es su sexto año en España

Van Zegeren, durante su etapa en Virgina Tech. - Foto: Scott Cunningham

En el centro de Zimbabue, a menos de 500 kilómetros de la frontera con Sudáfrica, se encuentra una ciudad de unos 160.000 habitantes llamada Gweru. Allí aterrizó hace más de 40 años un biólogo holandés para estudiar de primera mano la fauna africana, conoció a una chica local que acabaría convirtiéndose en su mujer y tuvo dos hijos, uno de ellos llamado Johan Willem Van Zegeren. Así comienza la historia de 'Joey', el nuevo pívot del Hereda San Pablo, un trotamundos del baloncesto que habla la friolera de cinco idiomas -español, inglés, holandés, francés y alemán- y que está viviendo su sexto año en España.

Su primer contacto con el baloncesto llegó muy pronto porque su madre ya lo había practicado en el colegio. «Nos puso una canasta en casa», cuenta Van Zegeren, que recuerda que también vivió Malawi, un país situado al noreste de Zimbabue, antes de mudarse definitivamente con 8 años a los Países Bajos, concretamente a la ciudad de Hoogeveen.

Su pasión por la pelota naranja creció con el paso del tiempo y pasó por la cantera de varios equipos. Con 11 años, jugando de base, se dio cuenta de que era mejor que el resto de niños y, antes de cumplir la mayoría de edad, ya estaba en dinámica de entrenamientos con algunos equipos de su país.

Entonces, un ojeador llamó a su puerta y le ofreció la posibilidad de formar parte de la Canarias Basketball Academy. No lo dudó y vivió su primera experiencia en España en la Liga EBA. También participó en torneos internacionales en Estados Unidos que le abrieron las puertas de la liga universitaria americana. Pasó tres años en los Virginia Tech y, después una salida polémica, jugó con los Northwestern Wildcats una temporada más. 

En ese tiempo, una lesión en la rodilla frenó su progresión, pero acabó dando el salto a Europa para jugar en la segunda categoría alemana con los Gladiators Trier. Al año siguiente, recaló en los Leuven Bear de la primera división belga, justo antes de regresar a España para jugar en LEBOro con el Oviedo. Desde entonces, se ha mantenido en la liga, aunque ha cambiado de equipo cada campaña, siempre mejorando sus prestaciones. Después de Oviedo, se fue a Castellón, Valladolid y Alicante, equipo desde el que llega a Burgos con 31 años. En definitiva, un trotamundos del baloncesto que también ha llegado a debutar con la selección holandesa.