La Junta de Castilla y León ha reactivado el protocolo de actuación articulado a principios del pasado mes de abril, durante la primera ola, con los servicios de atención a menores a cargo de cuidadores afectados por el COVID-19. Ante la alta incidencia de la pandemia y al comprobar que el 90 por ciento de los nuevos contagios se produce en el ámbito familiar y social, la Consejería de Familia e Igualdad de Oportunidades habilita de forma preventiva nuevas infraestructuras donde poder ofrecer alojamiento y alimentación y asegurar la asistencia educativa y sanitaria de los niños y jóvenes atendidos mientras sus representantes legales no puedan ocuparse de ellos por encontrarse afectados por el virus.

Este recurso se ofrece para los casos en los que los progenitores o cuidadores habituales de menores se encuentren hospitalizados y no exista nadie de su entorno que pueda hacerse cargo de ellos. La consejera subrayó que en este tipo de situaciones el Gobierno autonómico activará sus recursos para dar una respuesta ágil y eficaz a la necesidad emergente.

En concreto, en Ávila el espacio reservado es la Residencia Juvenil Arturo Duperier; en Burgos, el Centro San José, gestionado por Cáritas; en León, la Residencia Juvenil La Fontana; en Palencia se han dispuesto un piso de la Fundación Eusebio Sacristán y el Centro San José de Cáritas; en Salamanca se ha previsto un espacio de la Casa Escuela Santiago Uno, y en Valladolid, el Colegio Sagrada Familia.

Ante las necesidades que puedan surgir en las provincias de Segovia, Soria y Zamora, los centros de referencia serán los ubicados en Valladolid, Burgos y Salamanca, respectivamente, y serán trasladados gracias a un acuerdo con Cruz Roja.

Blanco apuntó que la atención a los menores para procurarles cuidados básicos en estas dependencias sólo se producirá una vez que se haya acreditado la ausencia de otros familiares que puedan ocuparse de los pequeños o su imposibilidad para asumir estas responsabilidades. De hecho, el protocolo determina que las Gerencias Territoriales de Servicios Sociales se coordinarán con los servicios sanitarios encargados de alertar de la situación de vulnerabilidad extraordinaria del menor para buscar, como primera opción, un entorno familiar o social alternativo.

La consejera consideró complicado cuantifica cuantos menores se podrán beneficiar este servicio durante la tercera ola. No en vano, precisó que en la primera ola se inició el expediente a seis menores pero al final fueron acomodados en la red social o con algún miembro de su familia extensa. En cuanto a la segunda ola de la pandemia, se recibió el aviso de dos personas.