La Trapera. Es el nombre con que la familia Echavarría Lozano, con  Dioni y su hija Elvira a la cabeza, ha bautilizado el proyecto con el que regresan a sus orígenes, a la tierra pradoluenguina que les vio nacer, de la que un día salieron pero a la que siempre han querido regresar. Ahora lo harán de la mano de un ambicioso proyecto al que empezaron a dar forma casi de forma casual en uno de esos días de paseo por la zona hace tres años. Y ya de forma real en los dos últimos con el estudio de viabilidad, la redacción del proyecto a cargo de la arquitecta Ana Mingo de Pablo (también natural del pueblo) y los pertinentes trámites ante las administraciones. Un sueño hecho realidad, cuyas obras comenzarán en el mes de abril para a lo largo de 2021 poder abrir sus puertas a los primeros campistas.La Trapera, nombre de uno de los batanes que poblaron Pradoluengo en los mejores años de su industria textil, supone también rescatar de la memoria, para mirar al futuro, las posibilidades de emprender, de generar una dinámica económica en la villa y propiciar que a su amparo sean muchos otros los emprendedores que apuesten por el regreso a la localidad. 

El proyecto de Dioni y Elvira ha ido madurando en esos dos últimos años, y finalmente, une los dos conceptos, el del campismo tradicional y alojamientos singulares, contando con un entorno natural envidiable lo que se hará único en la provincia.El cámping resort-restaurante se levantará en una parcela de 2,5 hectáreas. El salto de agua que surge como una cortina de frescor para calmar la sed de los senderistas que transitan por la Ruta de los Batanes, la cual discurre paralela al río Oropesa, hace de eje separador de las dos partes diferencias del camping. A la izquierda, se levantará sobre cuatro terrazas a diferente altura la  zona más íntima y exclusiva en la que se prevén 16 alojamientos de  tipología singular que darán un encanto especial al cámping: 6 bungalows familiares, otras tantas cabañas nórdicas, más conocidas como pods, una cabaña en los árboles, una burbuja lunar con cúpula abierta para poder ver las estrellas y dos bungalows singulares  equipados con jacuzzi, chimenea y un gran ventanal frontal desde donde poder divisar las espectaculares vistas al valle. A la derecha del salto de agua se localizan 50 parcelas de entre 60 y 90 metros destinadas a vehículos  camper, auto caravanas, así como tiendas de campaña. Esto vendrá a suponer una capacidad para unas 200 personas que se sumarían a las otras 50 que ocuparía la zona de alojamientos singulares. Entre los dos conceptos, el cámping resort La Trapera está pensado para albergar entre 240 y 260 campistas.

Ambos espacios se completan con dos zonas de inmuebles. El  edificio central de una planta, con una superficie de 325 metros cuadrados, que contará con la recepción, sala de usos múltiples, almacenes, zonas de baños y lavandería, cocina, bar y restaurante para unos 50 comensales.El otro edificio estará destinado a duchas, baños y fregaderos para los campistas alojados, ya que el resto de alojamientos singulares cuentan con sus propios servicios