Cuatro ruedas para coser África

ALMUDENA SANZ
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Los burgaleses Adolfo Cires y José Luis Anaya se embarcan en el Budapest-Bamako Rally. Tras completar 8.000 kilómetros llegarán a Freetown (Sierra Leona) para entregar material escolar

Los dos burgaleses del Diamond Child Burgos, José Luis Anaya (i.) y Adolfo Cires, posaban en su Toyota 4 Runner un día antes de su partida hacia Tánger. - Foto: Patricia

La aventura lo tentaba, pero los obstáculos se interponían en su camino. El Budapest-Bamako Rally puso ojitos a Adolfo Cires hace tres años, pero cuando se arremangó para rellenar todos los formularios, la pandemia se le echó encima. Hasta ahora. Con el virus casi vencido y el 'sí, quiero' de su amigo de la infancia José Luis Anaya y de un colega de trabajo, Erik Kristensen, para acompañarlo en la travesía, puso a punto el vehículo dispuesto a coser África con sus cuatro ruedas. 8.000 kilómetros hasta Freetown, la capital de Sierra Leona, elegida como meta en esta ocasión ante la inseguridad que rodea Mali, final clásico hasta el año 2012 de esta competición, una suerte de Dakar de bajo coste. Cires y Anaya partieron el sábado pasado desde la capital burgalesa, pasaron por Madrid para recoger al danés y estar este lunes en Tánger, salida oficial de este periplo en el que participan 200 automóviles, la mitad aproximadamente procedentes del Europa del Este. 

Esta semana colgaban una primera fotografía de un majestuoso desayuno con vistas en Marruecos. Abrazarán todas las oportunidades que se presenten de darse a la buena vida porque nunca se sabe qué les deparará el resto de esta expedición, que los llevará a atravesar el país alauita, Mauritania, Senegal, Guinea Conakry y Sierra Leona. 

Cuando el 7 de noviembre crucen la línea de meta en Freetown, su misión no habrá terminado. Su coche, un Toyota 4 Runner, va cargado con material escolar para la Escuela de Artes y Cultura Diamond Child de la capital sierraleonesa, abierta en 2005 por Seydu, un músico del país africano afincado en España, que por culpa de las restricciones para viajar por el coronavirus se quedó con el cargamento varado en Madrid. 

«Todo conectaba muy bien. Combina un reto nuevo, compartir un tiempo con amigos, que es difícil cuadrarlo, y ayudar a otro colega, con ese fondo solidario que lo hace más atractivo para nosotros. Se sale completamente de lo que hacemos en nuestro día a día», resume Cires, que juega con la ventaja de conocer bien el llamado continente negro. En él aterrizó hace 18 años por su trabajo en programas de cooperación al desarrollo, primero con Cruz Roja Internacional y después con la Unión Europea. Ahora tiene fijada su residencia en Nairobi (Kenia). 

Pero esta visita será especial. Levantará polvo por tierras africanas junto a un pelotón de dos centenares de coches, la mitad aproximadamente llegados del Este de Europa y el resto de otros puntos dependiendo de la cercanía a Tánger. Con la ayuda de un libro de ruta, completarán jornadas de hasta 11 horas de volante. Al apagar el motor, la aventura continuará. Al término de cada etapa, deberán levantar una zona de acampada para descansar y volver a empezar. 

«Parece que África subsahariana está muy lejana, pero, realmente, una de las cosas que nos va a enseñar este rally es que geográficamente estamos bastante cerca y estoy seguro de que descubriremos paisajes muy diferentes», destacaba Cires antes del pistoletazo de salida.