La ciudad de los regalos

I.P.
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Una treintena de casetas de artesanía y alimentación animan el tradicional Mercado Navideño en el Paseo del Espolón. Los productores, locales y foráneos a partes iguales, satisfechos con la afluencia de clientes y las ventas

El domingo amaneció gris, pero no fue impedimento para que los burgaleses se acercaran al Espolón. - Foto: Luis López Araico

La Navidad es luz y color, pero también es la fecha del año más asociado a una palabra y en plural: Regalos. Amigo invisible, Papá Noel, Reyes y cualquier otra celebración que se precie no sería lo mismo sin la expectativa de abrir ese paquete envuelto con un hermoso papel con motivos propios de estas fechas. 

Los mercados navideños no solo alegran las calles y plazas, en este caso el Paseo del Espolón, sino que son el mejor escaparate para detenerse ante obras de arte salidas de las manos de artesanos que tienen en estas semanas puestas sus esperanzas para engordar esa economía que no siempre compensa sus horas de trabajo y la singularidad de sus productos. 

Una treinta larga de casetas conforman una pequeña ciudad dentro del Espolón desde el pasado día 2 de diciembre y hasta el 5 de enero. Es un poblado provisional, pero que estas cinco semanas adquiere vida propia; la gente pasea, se detiene, compra o a veces solo pregunta para coger ideas y volver otro día a adquirir lo que más se acomode a lo que quiere regalar o regalarse. Además, en ese 'centro comercial' navideño se llevan a cabo actividades, talleres creativos, concursos, sorteos... al final es el centro de referencia del buen gusto, de llevarte a cada algo diferente al comercio habitual.

Este año, en el que el mercado cumple ya 25 ediciones, cuenta con productores locales y foráneos a partes iguales. No faltan los artesanos burgaleses habituales, como José Félix Gallo, con su artesanía de madera; las velas de Turzo; el ganchillo de Puntoamano; las joyas de Indómita o de Roberto Fernández; el cuero de A Cuero Lento;  el diseño y estampación de Manojito de Claveles o los sombreros de Hilandocabos.

A ellos se une otro puñado de artistas llegados de lugares cercanos, como Cantabria o Segovia, pero también algunos que han tenido que desplazarse desde Almería, Barcelona o Galicia (...).

(Reportaje completo, en la edición impresa de Diario de Burgos de hoy lunes o aquí)