No es lo mismo cantar ante amigos y familia que en un gran plató de televisión ante jueces reputados del panorama musical nacional e internacional. A ese salto se han enfrentado dos jóvenes arandinos, María Arilla Montesinos y Rodrigo Cuesta González, ambos de 15 años, que la audiencia del programa La Voz Kids 2022 descubrirán a partir de este viernes en el estreno de la nueva temporada. Después de pasar dos pruebas, llegaron a las audiciones a ciegas y pugnarán con el resto de los concursantes por un hueco en los cuatro equipos que se formarán.
Estos dos jóvenes artistas llevan muy pegados a la música desde pequeños, pero no empezaron a formarse hasta 2016 de manera más estable. «María ya destacaba desde pequeña, enfocada para musicales. Rodrigo empezó también de pequeño con instrumentos, le oímos cantar y le recomendamos que pasase a canto», recuerda Juan Antonio Jorde, uno de sus profesores en La Probetta Musical.
La confidencialidad que exige un formato televisivo como este les ha obligado a mantener en secreto su participación durante casi un año, porque los programas que ahora se van a emitir se grabaron en 2021, y, aunque el estreno de la temporada está a la vuelta de la esquina, todavía se guardan el resultado obtenido en esta experiencia. Para quienes sientan curiosidad por estos talentos ribereños, quienes mejor les conocen en el ámbito musical les describen como «vozarrones». «Rodrigo destaca por su versatilidad como músico, es músico de nacimiento, emana notas, sonidos y puede hacer lo que se proponga», describe Jorde, recordando que «desde muy pequeño destacó porque le gustaba AC/DC», mientras que «María es muy de musical, un portento de voz, salvando las distancias tipo Beyoncé o Whitney Houston, ese tipo de divas con vozarrón que con ellas solas en el escenario es suficiente».
Más allá de la experiencia musical, las familias de ambos artistas en ciernes reconocen que es toda una experiencia. «Le ha ayudado a ser más madura, desde que empezó con el casting, es una buena experiencia de cara al futuro para tener seguridad en sí misma y ver hasta dónde puede llegar, el afectar el fracaso o no, pero siempre con naturalidad», añade Arantxa Montesinos, madre de María Arilla.
«Para los padres es agotador, pero para los niños es una experiencia superchula; Rodrigo es muy bohemio, muy artista, y ha conocido chicos con los que se lleva muy bien, estar ahí es mágico», comenta Estefanía González, que recuerda el momento en el que su hijo se enteró de que pasaba a las audiciones a ciegas. «Estábamos con un juego de mesa en casa con Juan Antonio y Alegría, sus profesores, y metimos en una tarjeta en la que ponía la frase, cuando la leyó se quedó cayado, nos miró a todos y le tuvimos que decir que era verdad», recuerda.
Estos jóvenes arandinos cantarán en las audiciones a ciegas frente a las espaldas de los coach de esta edición, Aitana, David Bisbal, Pablo López y Sebastián Yatra, mientras la audiencia ribereña cruza los dedos para que, al menos uno de ellos, pulse el botón para girar su sillón. Un sencillo gesto que permitirá que estas voces de aquí continúen su aventura televisiva.