Martín García Barbadillo

Plaza Mayor

Martín García Barbadillo


El Silo, por aburrimiento

12/12/2022

Quizás sepa que en este rincón tenemos autoimpuesta como penitencia dar cuenta de todas las novedades referentes a la (no) construcción del centro de salud del Silo. A pesar de todo, especialmente a pesar del aburrimiento, seguimos firmes y continuaremos en la brecha hasta que alguien, que puede que no haya nacido aún, corte la cinta inaugural de este proyecto que ocupa por mérito propio un lugar destacado en el Olimpo de los despropósitos institucionales. Tal ha sido nuestro compromiso hasta ahora (se me está yendo la mano con el plural mayestático) que creo se ha empleado más tiempo en escribir en esta columna sobre el Silo que el que han utilizado las sucesivas empresas concesionarias en levantarlo, o más bien en no hacerlo.

La novedad, por decir algo, de la semana pasada es que por enésima vez no hay novedad. Lo penúltimo era que la nueva empresa que se encargaba de la obra desde junio fue absorbida por otra a final de verano y eso, ya ve usted, paralizó los trabajos casi por completo o totalmente, según fuentes: algunos decían que había dos obreros, otros que no se movía un ladrillo. La Consejería de Sanidad aseguró hace un par de meses que la nueva empresa había garantizado que «la obra cogería ritmo» en noviembre. Y, a lo que íbamos, lo nuevo de la pasada semana es que ese ritmo tropical, sabrosón, endiablado o lo que sea no llegará hasta enero, según ha confirmado la propia consejería. La versión oficial afirma que los trabajos, pausados, ahora se desarrollan en el interior (fontanería y electricidad) y por eso no se ve meneo desde fuera. Por su parte, el grupo municipal de Podemos asegura, después de visitar la escena del crimen, que allí no hay nadie currando, ni dentro ni fuera.

Sí, aquí, es el momento de bostezar, de abrir la boca hasta que duela la mandíbula de tanto aburrimiento por más de lo mismo. Y le hago spoiler: cuando llegue enero nevará, hará frío, se congelará la pintura o un perro se comerá los planos cuando el ingeniero se dirija a la obra y no se avanzará nada, una vez más. Y ahí estaremos, como orgullosa mosca cojonera, por si de algo puede servir. No lo dude.
Salud y alegría.

ARCHIVADO EN: Salud, Pintura, Sanidad, Podemos