Desde el minuto cero

B.D.
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La Atención Temprana es fundamental en la vida de muchos menores. Down Burgos atiende en su Centro Estela a 18 niños de entre cero y seis años con el objetivo de potenciar al máximo sus capacidades de desarrollo y bienestar

El aula de estimulación sensorial sigue las pautas de la filosofía Snoezelen, una herramienta basada en la relajación, descubrimiento e interacción. - Foto: Fundación Estela

Todos los futuros padres esperan que sus hijos nazcan sanos. Pero no siempre ocurre. Hay bebés que nacen con un síndrome determinado, o tienen una discapacidad, o no van evolucionando como deberían y presentan problemas de desarrollo, tanto a la hora de hablar como de caminar. En estos casos, los bebés y los niños de entre cero y seis años pueden ser derivados al Centro Estela de Desarrollo Infantil y Atención Temprana de la Asociación Down Burgos, que no solo atiende a menores con esta alteración genética sino a otros pequeños con discapacidad o riesgo de presentarla.

En la actualidad este programa de atención temprana cuenta con 18 niños, de los que diez presentan problemas de desarrollo y los otros ocho son Síndrome de Down. El objetivo fundamental es potenciar al máximo sus capacidades de desarrollo y bienestar, de manera que consigan integrarse tanto en la familia, como en la escuela y la sociedad, alcanzando el mayor grado de autonomía e independencia que les permita llevar una vida lo más normalizada posible.

Para ello se trabaja en los campos de la estimulación, la logopedia y la fisioterapia, donde un equipo formado por tres profesionales   da respuesta, lo más pronto posible, a las necesidades evolutivas del menor.

Con el fin de reforzar y mejorar este servicio, Down Burgos puso en marcha el año pasado, con el respaldo económico de la Fundación La Caixa, un aula de estimulación sensorial bajo las pautas del espacio Snoezelen, una herramienta de origen holandés que permite trabajar el despertar sensorial a través de la acción y la experimentación. «Lo que se trata es de intentar, mediante estímulos visuales y auditivos, que el cerebro responda de una forma integral a esas sensaciones», explica Luis Mayoral, director gerente de Down Burgos.

En este espacio pensado para facilitar diversas experiencias perceptivas que favorezcan la integración sensorial a través de los sentidos se dispone de una piscina de bolas, un tubo de burbujas, fibras ópticas, cama de agua, panel de luz y sonido, proyección interactiva y material sensorial específico, con el que, en palabras de Mayoral, «se consiguen resultados muy interesantes». La atención es individualizada y, de media, unas tres horas a la semana.

Una de las claves para que estas terapias funcionen es trabajar conjuntamente con la familia y que estén en todo el proceso con el menor. «Las familias son la parte central del programa de estimulación y trabajo con los niños. No hacemos nada que las familias no sepan y además están presentes dentro del aula con las sesiones para que luego lo generalicen en sus casas porque si no sería verdaderamente muy difícil conseguir los resultados que tenemos», aseguran desde la asociación.

Además, Down Burgos desarrolla otro programa, financiado por la Junta a través de la Gerencia de Servicios Sociales, que trabaja con niños de la provincia a través de un equipo itinerante. Estos profesionales son del mismo perfil que los que están en el Centro Estela, es decir psicólogo, fisioterapeuta y logopeda. A lo largo del año trabajan con unos 50 niños, de 0 a 3 años.