2.000 contenedores para biorresiduos estarán listos en marzo

I.P.
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De color marrón, en esa primera fase llegarán a los pueblos de más de 300 habitantes. Además, el Consorcio comprará 4 camiones para las rutas de recogida. La inversión será de 2 millones

Rico y Escribano explicaron cómo se utiliza la tarjeta para que el contenedor se abra y poder depositar los residuos. - Foto: Ricardo Ordóñez (ICAL)

En la primavera de 2022, el Consorcio Provincial de Residuos prevé tener instalados 2.000 contenedores marrones en otras tantas localidades de más de 300 habitantes. Se trata del contenedor para despositar los biorresiduos, es decir todo tipo de restos de alimentos que se producen en los hogares, tanto frutas y verduras como carnes, pescados, cáscaras de huevo o de marisci, infusiones e, incluso, restos de jardinería, plantas y flores.

Es el primer paso para irse adaptando a las cada vez más exigentes normativas europeas en gestión de residuos previstas en la Agenda 2020-2030, lo que también está obligando a las administraciones públicas a acelerar la tramitación de sus legislaciones en material de control de residuos para esa adecuación. 

En fases sucesivas, la instalación del contenedor marrón se irán extendiendo al resto de poblaciones, ya que la obligación es que funcionen a partir de 2022 en los municipios de más de 5.000 habitantes y culminar en 2024 en el resto de localidades de la provincia. 

La instalación de los dos millares de contenedores el próximo año irá acompañada de la adquisición de cuatro nuevos vehículos adaptados en las necesidades de esta recogida para realizar las rutas correspondientes, tal y como explicaron en la presentación a los medios y a las mancomunidades, el presidente de la Diputación, César Rico, y el del Consorcio Provincial de Residuos, Víctor Escribano, lo que supondrá una inversión de 2 millones de euros. En todo caso, este nuevo proyecto no tendrá ningún coste adicional para los vecinos de los pueblos burgaleses.

Cada hogar de la provincia, entodo caso, deberá contar con una tarjeta que posibilitará abrir el contenedor y depositar la correspondiente bolsa con los residuos, que quedará cerrado hermetícamente de nuevo para evitar que en ella se echen otro tipo de residuos.

Rico añadió que todo ello va a ir acompañado de una labor pedagógica desde el Consorcio, para concienciar a los ciudadanos que los objetivos medioambientales de la Agenda 2020-2030 son para ejecutarlos; «vamos a intentar hacer una provincia más verde y más limpia», añadió, para afirmar que se intentará acceder a los fondos europeos para este tipo de actuaciones en gestión de residuos.