Los mirandesdes pueden utilizar ya las 142 plazas del aparcamiento disuasorio que el Ayuntamiento decidió construir entre el Pabellón del Ebro y los frontones, en el lugar en el que se encontraba la antigua plaza de toros. El acceso será el mismo que se utiliza en la actualidad para ir hacia la calle Río Ebro.

Los estacionamientos se reparten a lo largo de una superficie de más de 3.000 metros cuadrados en la calle Río Ebro, con 6 reservados para movilidad reducida. La obra ha costado 131.347,67 euros y se ha aprovechado para ordenar el lateral del pabellón, con una zona de aparcamientos en paralelo a la fachada. Asimismo, se han recogido las pluviales del nuevo anillo interior, que se conecta al saneamiento de la instalación deportiva, y se ha colocado  un nuevo báculo para iluminación además de reforzar con nuevos focos sobre los báculos existentes en el frontón y sobre la fachada del pabellón.

El Ayuntamiento considera que el aparcamiento se encuentra próximo al centro urbano y puede ayudar a reducir el uso del vehículo y a fomentar una movilidad más sostenible, mientras permite mantener la posibilidad de la instalación de eventos puntuales en la parcela.

Sin embargo, no faltan las críticas de los conductores a la elección del emplazamiento, que se encuentra muy cerca de otro aparcamiento en superficie -el ubicado junto a la Comisaría de Policía Nacional- y que no ven como una solución a los problemas de estacionamiento de la ciudad, por entender que existen zonas en las que resulta más necesario.