Crece la oferta vitivinícola con otra marca con DO Rioja

Ó.C.
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Cachorro es una iniciativa local que nace como una bodega nómada con viñas propias. Tienen seis variedades y para su lanzamiento sacarán 10.000 botellas

Los promotores (de izq. a dcha.) Mónica Rosón, Txus Conde y Susana Castilla junto a los seis vinos con los que nace la marca. - Foto: O.C.

La cercanía de la ciudad con La Rioja y el impulso en el mundo del vino -junto a una historia personal- ha propiciado el nacimiento de una marca mirandesa, bajo la Denominación de Origen de la vecina comunidad. Cachorro comienza su andadura con seis variedades y 10.000 botellas en total, para entrar en el mercado de la mano del grupo Bocca, aunque también lo comercializarán a través de su página web y distribuidores para competir «con el resto de vinos y hasta donde nos lleve».

Los promotores indican que la idea surge como un «bodega nómada», aunque está fuertemente vinculada a la localidad riojana de San Asensio, próxima a Miranda. En este pueblo tienen la viñas propias y utilizan una de las cooperativas locales que también les asesora. Aún así la marca controla todo el proceso para la elaboración del vino y como reconocen, lo único que les falta para ser una bodega al uso es un edificio propio, aunque «eso ya se verá», indica Susana Castilla, una de las personas que ha puesto en marcha la aventura junto a Txus Conde.

«Vinos Cachorro surge como un homenaje a nuestro hijo y a la manera que él tiene de ver la vida y eso me ha permitido conectar con mi pasado», explica Castilla, que tiene una fuerte vinculación con el mundo del vino porque «vengo de una familia de agricultores y he crecido entre viñas». Tras unos años separada del campo, ha vuelto ahora «después de mucho tiempo porque estoy en otra etapa de mi vida y quiero embotellar estos recuerdos, mis vivencias y la manera de pensar que nos ha transmitido nuestro hijo», resume Castilla, que añade que «el germen está en mí y me parece un homenaje para mi pasado y mi futuro».

Toda esta idea la han querido transmitir en el etiquetado, porque han utilizado imágenes de niños jugando, pero también lo han tratado de transmitir en el vino que ahora sacan al mercado. «Queremos apelar al niño interior que tenemos dentro», define Castilla.

Para la preparación del proyecto «llevamos tiempo, unos tres años», aclara Conde, que explica que el reserva  que sacan al mercado lo hará tras 36 meses de barrica más los doce de botella. La presentación se hizo ayer, aunque se iba a hacer el año pasado, pero «la pandemia nos ha permitido sacar todas las variedades a la vez».

Características. El proyecto ha contado con la colaboración de la sumellier, Mónica Rosón, que en Instagram cuenta con cerca de 12.000 seguidores. «El resultado han sido vinos típicos riojanos y cuenta la historia de Susana y estamos seguros de que van a gustar», apuesta Rosón, como punto de partida para los tres tintos, el rosado y los dos blancos que con los que inicia su andadura esta bodega nómada.

Al margen del asesoramiento para la creación de cada uno de los vinos, Rosón también ha redactado una breve definición de cada uno de las botellas «he hecho una alegoría a lo que va dentro, que creo que ha sido bastante emotivo y en lo que he querido hacer también una referencia a la infancia y al tiempo que se nos puede ir con nuestros cachorros».

De momento, de las 10.000 botellas que sacarán, en número, el que más presencia tendrá será el joven y el que menos «tradición familiar», que es un reserva.