«La industria está dejando de lado la canción protesta»

I.L.H.
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Nació en Bayamo (Cuba) en 1943. Desde que en los 60 comenzara su carrera profesional ha publicado más de 40 álbumes, además de colaboraciones y sus trabajos con el Grupo de Experimentación Sonora del ICAIC. Actúa en el Palacio de la Isla

Pablo Milanés, durante el concierto del 12 de agosto de 2021 en el Palacio de la Isla. - Foto: Alberto Rodrigo

No quiere que se le pregunte de política ni de otros temas ajenos a la música, aunque es imposible que no haya alusiones veladas porque en eso consiste la vida. Pablo Milanés contesta a través de un cuestionario, sin posibilidad de contrapregunta, pero no duda en abrirse un poco y hasta donde él quiere, que para eso tiene 78 años y lleva toda la vida cantando y exponiéndose lo que le pide el cuerpo en cada momento. Le da al filin, el jazz, el blues, la canción tradicional, el son y la rumba y le canta a Yolanda, a los años para vivir, la nostalgia, la felicidad, Cuba, el paso del tiempo o los recuerdos. Pablo Milanés sigue  componiendo nuevos temas y preparando compacto mientras a la vez repasa y recupera los discos de su trayectoria que hoy serían difíciles de encontrar. Esta noche actúa dentro del Festival Castilla Folk, una cita con la música de raíz a la que el artista cubano hace gala fusionando lo de aquí y lo de allá. En los jardines del Palacio de la Isla y de la mano del Instituto Municipal de Cultura propone un concierto íntimo acompañado de Miguel Núñez al piano y Caridad R. Varona al chelo (a las 21 horas).

Hace once años del último concierto que ofreció en Burgos capital. Vino a presentar el disco Regalo en 2010 y, con todo lo que ha pasado desde entonces, no sé si  hoy somos los mismos, incluyendo la salud. ¿Cómo le ha cambiado la vida a Pablo Milanés en la última década? 
Pues algunos aspectos han cambiado bastante: en lo que a la salud se refiere fue importante esta década, pues me sometí a un trasplante de riñón, y acuso también la pérdida de amigos que han fallecido, pero por otro lado sigo siendo el mismo.

El último año y medio el mundo ha dado un vuelco y la música ha sido uno de los grandes refugios. ¿Cómo vivió usted el confinamiento más duro?, ¿es de los que encontró inspiración o de los que se sintió al principio sin fuerzas para trabajar?, ¿escuchó más música que de costumbre o se refugió en el silencio? 
Creo que lo he vivido, como la mayoría de la gente, con mucha expectación al principio, y mucha cautela y cuidados siempre. Aún hoy en día y vacunado, apenas salgo a la calle y tampoco antes lo hacía mucho. En ese sentido, no me costó demasiado quedarme en casa. Lo que sí llevé peor, como todos mis colegas, fue no tener conciertos.

La canción Esperando el milagro está compuesta por y durante la pandemia y está planteada como una oración. Supongo que todos nos hemos sentido «al borde del final», pero ¿sabemos de verdad lo que hay que hacer para «salvar a la humanidad»?, ¿estamos preparados para hacerlo y exigirlo?
No, no creo que sepamos mucho cómo «salvar» a la humanidad. Ya no lo digo por la pandemia, sino porque llevamos muchas décadas, siglos, destruyendo el planeta, sin saber gestionar los recursos, con una sobreexplotación de los mismos, etc., y, a pesar de las alertas, hoy -por ayer- leía un titular absolutamente desesperanzador sobre la irreversibilidad de los daños producidos a la naturaleza. Por lo tanto, yo soy bastante pesimista en esto.

"Los lugares duelen tanto como una persona que tienes lejos o que sufre"

La gira se llama Días de luz, así que entiendo que quiere ver el vaso medio lleno. El concierto es con guitarra, chelo y piano. ¿En el encuentro íntimo está la esperanza?
Es un encuentro mío, propio, con la sonoridad íntima de mis canciones. Algo que deseaba hace mucho tiempo y que por fin ahora, con este formato, lo disfruto y espero que el público también.

Está recuperando su discografía para que vuelva a estar al alcance de todos. ¿En ese repaso a su trayectoria ha rescatado para los conciertos algún tema que no solía cantar?
Sí, a veces me pongo a escuchar discos más antiguos o incluso recientes, que no han tenido demasiada difusión y me encuentro con temas como Objetos, Nostalgias o Cuando tú no estás, por ejemplo, que felizmente he recuperado. Y así sucede, a veces; los traigo, los vuelvo a dejar para recuperarlos más adelante…

El filin cubano es emoción y el jazz, melodía; en su música también está la carga de las letras, el sentimiento del blues, la espiritualidad de una voz que canta y narra... Le han premiado por la excelencia musical, así que no vamos a descubrir ahora a Pablo Milanés, pero ¿con qué definición se identifica y por qué le gustaría que le recordaran cuando hablaran de su obra?
Siempre quise ser un hombre integral, en cuanto a la música se refiere. No sé si lo ha logrado, pero de niño fue mi empeño, fue mi vocación. Busqué en el son, busqué en el jazz, en el blues, en la música barroca, en la música coral, canté en un trío (al estilo de Los Panchos), canté rumba, etc., y todo eso me ha dado una satisfacción, que no importa tanto mi epitafio como lo que en vida yo viví y disfruté.

Su último trabajo ha sido Mi Habana, en el que le canta a la ciudad «donde mejor se siente». ¿Los lugares también duelen?
Por supuesto, yo creo que duelen tanto como una persona que tienes lejos o que sufre.

Fue uno de los fundadores del Movimiento de la Nueva Trova, ¿la canción protesta sigue vigente o los cantautores han edulcorado el discurso?, ¿o es el público y la industria los que prefieren otras letras?, ¿le interesan los nuevos estilos?
Yo creo que sigue habiendo muy buenos compositores, sólo que la gran industria (que es la que condiciona lo que escucha el público en general) no los potencia o no los reconoce en su justa medida y creo que se está dejando de lado una de las expresiones más esenciales de la canción y la poesía.

Mis canciones son de lo más sencillas. Es como si hubiera vuelto a los orígenes. Lo que compongo hoy es lo más cercano a la flor de la vida"

A lo que no le afectan las modas es a la canción de amor (o desamor), aunque sí cómo se aborda. ¿Por qué cree que las suyas aguantan tan bien el paso del tiempo?
No lo sé; a veces me dicen que hay temas que tienen «fijador» y otros no. Creo que es algo mágico en cada canción cuando ocurre eso, aunque la esencia es que son verdaderas o cuentan realidades, no fantasías.

Siempre ha querido fomentar y promover la cultura cubana, aunque no funcionara la fundación que creó con ese fin. ¿Qué artistas nos recomienda que todavía no conozcamos y por qué?
Caramba, me pone en un aprieto, porque tengo en alta estima a todos los artistas de mi país: músicos, pintores, escritores, actores, pero quizás en la música ha habido y sigue habiendo artistas excepcionales y en todos los géneros, que Cuba tiene. 

Sabemos que sigue componiendo y que tiene pendientes varios trabajos. ¿Puede avanzarnos en qué consisten y cuándo verán la luz?, ¿de qué hablan y a qué suenan sus nuevas canciones?
Mis canciones son de lo más sencillas. Es como si hubiera vuelto a los orígenes y es que la vida misma es así, recordamos todo lo que hicimos de pequeños y no sabemos lo qué ocurrió hace un año; así que, lo que compongo hoy es lo más cercano a la flor de la vida.

Soy pesimista sobre que sepamos o podamos 'salvar a la humanidad' . Y no hablo de la pandemia, sino de los daños irreversibles a la naturaleza"