Las bulerías del norte embrujan

ALMUDENA SANZ
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La escuela de Sandra Pinilla pasa el primer corte de los Premios Duende, que entregan hasta 30 categorías y eligen a los mejores de entre más de 600 academias de España, Portugal e Italia

Sandra Pinilla, delante de la sede de su estudio de arte, que lleva cerrado desde que se decretó el estado de alarma y ya prepara de cara al otoño. - Foto: Luis López Araico

No ha nacido el ladrón que robe a Sandra Pinilla la alegría. Es fiel compañera de esta burgalesa que un día se apretó el moño, se arremangó la bata de cola y taconeó fuerte para convertir en realidad su sueño y abrir su propia escuela de flamenco y danza española en el corazón de Gamonal. No se ha separado de ella ni cuando hace cuatro meses tuvo que cerrarla por decreto y pese a reconocer que están siendo tiempos duros. Su optimismo innato la lleva enseguida a encontrar un rayo de luz. Esta vez le ha costado poco. Se ha topado con él sin buscarlo. Los Premios Duende, galardones establecidos por la empresa Dancing Stars Events, que organiza concursos de danza en distintos países europeos, se ha fijado en ese pequeño espacio del pasaje Fernando de Rojas y lo ha nominado en la categoría de Mejor Escuela de Danza Española junto con otras nueve. Se trata de un primer corte, aún debe pasar otros dos en septiembre y octubre para optar a la estatuilla, pero que hayan reparado en su existencia de entre las 600 academias de España, Portugal e Italia sobre las que se hace la selección ya le sabe a premio gordo. 

«Me hizo mucha ilusión porque soy una escuela humilde, pequeña, de barrio, de flamenco, de Burgos... ¡Estoy encantada!», suelta y aplaude esta iniciativa que enciende el foco sobre los pequeños centros. «Muchas veces estamos en el olvido. Obviamente, lo que más se ve son los conservatorios oficiales, las grandes compañías y primeras figuras, pero somos muchas las que, por lo menos, metemos el gusanillo a muchos chavales», resalta y, aunque lo ve casi inalcanzable, espera verse en diciembre en Marbella, donde se entregarán las distinciones de las 30 categorías. 

Donde sí viajará seguro es a Ávila el 12 y 13 de diciembre. La ciudad amurallada enmarca la final nacional del certamen orquestado por Dancing Stars Events, a la que acuden las mejores coreografías de las citas regionales. Pinilla llevó a sus alumnas por primera vez este año y fueron tocadas por la varita mágica. Sabe que es complicado, pero sueña con la final europea, que se bailará en París en 2021. 

Estas victorias iluminan estos tiempos extraños. También lo ha hecho la llamada de la Escuela de Flamenco de Andalucía (EFA), una asociación sin ánimo de lucro que promueve la enseñanza de calidad de este arte en los centros privados y que exige una serie de requisitos antes de otorgar ese marchamo. Otro espaldarazo. 

Pero si algo la pone como unas castañuelas es el mágico ambiente que ha creado en su escuela desde que abrió en el curso 2013-14. Ni en sus mejores sueños pensó entonces que hasta llegaría a tener lista de espera para entrar a aprender flamenco en un momento de boom de los ritmos latinos. Lo ha conseguido con creces. Más de la mitad de sus alumnas llevan con ella desde el principio, unas están pendientes de las otras... Muchas ya son parte de su vida. «Esto te hace sentir que algo estás haciendo bien y te levantan el ánimo, tan necesario en estos momentos que vivimos». Ese sí es su mejor premio.