Para conseguir que los juzgados no acumulen un atasco histórico los próximos meses va a ser necesario el compromiso de todos los implicados. Más aún teniendo en cuenta que el decreto para la desescalada de la justicia aprobado hace dos semanas en el Congreso de los Diputados no convence a ningún colectivo porque las medidas planteadas no resuelven unos problemas que ya existían mucho antes de que existiera la pandemia. Dado el parón y el aluvión de pleitos que se avecina en algunas jurisdicciones, las conformidades se presentan como una pieza del engranaje para conseguir arrancar y no dilatar los asuntos eternamente. De hecho, ya hay algunos magistrados que están conminando a las partes a alcanzar acuerdos y evitarse, así, un tedioso y largo procedimiento. Tanto los abogados como los fiscales parecen aceptarlo de buen grado, aunque los primeros recuerdan que la última palabra siempre la va a tener el cliente.
Hace unos días, las redes sociales frecuentadas por letrados echaban humo a cuenta de una resolución judicial en la provincia de Málaga en la que, más que instar a la conformidad para no colapsar la justicia, les advertía de que agosto es hábil este año y que podría fijarles la vista oral en esas fechas. El aviso sentó bastante mal, sobre todo porque ese asunto fue de lo más discutido antes de la aprobación del decreto del Ministerio, y lo más criticado después. En Burgos no se han producido autos de ese estilo, pero sí que han comenzado a llegar «invitaciones» en casos muy concretos que se pueden solucionar de una manera más ágil.
(Más información, en la edición de papel de hoy de Diario de Burgos)