Los alumnos de segundo de Bachillerato están en la recta final de un curso especialmente exigente en el que el acrónimo EBAU se repite de manera constante. La prueba de evaluación para el acceso a la universidad preocupa a unos más que a otros, especialmente a aquellos que desean cursar grados que demandan una elevada nota de corte. En la última década, tanto las calificaciones medias de los alumnos de la etapa posobligatoria que han superado la prueba como la nota que han obtenido en la fase general de esta se han incrementado casi en un punto, según la información facilitada por la Consejería de Educación de la Junta.

En el ejercicio 2011-2012, la media de Bachillerato era de un 7,04, mientras que la de la del examen para cursar estudios superiores se quedaba en un 6,32. La evolución de estas puntuaciones no ha variado de forma excesiva entre ejercicio, con una décima arriba o abajo. No obstante, la más baja de este último se registró en 2016-2017, con un 5,98, aunque en ese mismo periodo la etapa posobligatoria ascendió dos décimas hasta el 7,4. Fue precisamente el ejercicio en el que entró en vigor la Evaluación de Bachillerato para el Acceso a la Universidad, aunque distintas fuentes consultados no atribuyen esa caída al cambio, ya que la estructura no variaba y las diferencias radicaron solo en los contenidos.

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