La vendimia en Miranda se salda con 600.000 kilos de uva

ARSENIO BESGA
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En el sector apuntan que, pese al calor y la sequía, el fruto «ha llegado en muy buenas condiciones, en su punto justo». Entre las tres marcas afincadas en la ciudad producirán en torno a 280.000 botellas

Término de Miranda ha vendimiado un poco más, porque ha recogido una cantidad mayor de viñas. - Foto: Término de Miranda

La tradición vitivinícola de Miranda está más viva que nunca. El Ternero, situado en un enclave burgalés, Cachorro, la marca con matriz en el municipio aunque producida a partir de viñas riojanas, y Término de Miranda, la referencia del chacolí en el norte de la provincia, han terminado su cosecha y cuentan con unos grandes resultados. De hecho, han conseguido superar ligeramente los datos de la vendimia que tuvieron en el curso pasado, 2021. Así, entre las tres firmas se han situado muy cerca de los 600.000 kilos de uva. 

Durante los meses previos a la temporada en la que han recogido el producto la incertidumbre sobrevolaba el sector, puesto que la climatología, con calor y escasas precipitaciones, se estaba desmarcando de lo normal. Ahora bien, tras la vendimia, las bodegas muestran su satisfacción. «Ha ido muy bien, porque la calidad de la uva es excelente», explica Susana Castilla, de la marca Cachorro, con DO Rioja. «Parecía un año diferente, pero lo cierto es que la temperatura no ha llegada a ser tan extrema, aunque haya sido más que otros años, pero ha aguantado bastante bien y como hemos adelantado la vendimia, ha llegado en muy buenas condiciones, en su punto justo», describe.

Una sensación similar experimentan en Término de Miranda, puesto que uno de los responsables de esta bodega, Javier López, comenta que «estamos muy contentos, ha ido muy bien». Según apunta, «le hemos metido con mucho grado y es una uva muy sana, entonces, ha ido perfecto». En definitiva, las empresas vitivinícolas de la ciudad están preparadas para los posibles reveses de la climatología y la vendimia de este curso ha sido el mejor ejemplo. En este sentido, Castilla, de Cachorro, remarca que «nos adaptamos un poco al tiempo, como la uva se mira día a día, ha sido un año muy bueno, porque se ha cogido antes pero no ha habido más cambios».

Eso sí, pese a la elevada producción bruta de las marcas de la ciudad, no toda la uva se destina exactamente para la creación de sus vinos. Al menos, así ocurre en Cachorro. Esta compañía ha recogido cerca de 70.000 kilos de uva, pero su responsable aclara que «todo no lo dedicamos» solo a esa firma. Por tanto, en su caso tienen pensado poner en el mercado esta temporada en torno a 16.000 botellas. Por su parte, los 500.000 kilos de El Ternero, en principio, sí que se dedican a la producción directa de sus vinos y, según estiman, mantendrán los datos de cursos anteriores, con «250.000 botellas aproximadamente». Finalmente, Término de Miranda cree que, «una vez se limpie la uva, de sus 28.000 kilos podrán sacar 15.000 litros. Es decir, pondrán a la venta más de 11.000 botellas.

Esta marca tiene pensado mantener la forma de operar que le ha distinguido los ejercicios previos, pese a que han vendimiado «un poco más porque se han recogido alguna viña más». En este sentido, López comenta que «como siempre, haremos el verdejo y el chacolí, las dos cosas». Eso sí, recuerda que «después el vermú, con uva nuestra, además del zurracapote, que ese ya no es con nuestro producto».

Con todo, Término de Miranda mantendrá sus estadísticas al salir al mercado porque considera que la marca se está asentando, ya que «la gente lo pide, tenemos presencia e intentamos mejorar cada año». «No estamos parados», remarca López. Igualmente, en Cachorro consideran que los datos registrados resultan óptimos, porque esas cantidades «podemos manejarlas bien». «No hacemos en exceso, pero más o menos es lo mismo desde que empezamos», sentencia Castilla.

Perfeccionando el espumoso. Término de Miranda apostó desde hace algún tiempo por dar una vuelta de tuerca más a su producción e incluir entre su extenso repertorio de caldos uno muy especial. El espumoso de esta bodega de la ciudad se ha convertido en uno de los elementos recurrentes durante el fin de año y Javier López explica que tienen pensado «seguir con ello, aunque con unas pocas botellas, más o menos serán 500».

Según comenta, se trata de un proyecto que «todavía estamos rodando».Desde su punto de vista se trata de «un detalle de Navidad y hay que perfeccionarlo». En este sentido, relata que «la teoría la conocemos, pero la práctica puede ser distinta y no todo sale como pone en los libros». Así, van paso a paso, pero sin pausa.