Justicia restaurativa ilustrada

G.G.U.
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Cáritas, la Pastoral Penitenciaria y la cárcel presentaron ayer en Burgos un cuento con vocación educativa realizado por presos y voluntarias

Los promotores del cuento, que incluye un QR con actividades. - Foto: Luis López Araico

Las gemelas Lynn y Kai son las protagonistas de Como dos gotas de agua, un cuento ilustrado y elaborado por 13 presos en el centro penitenciario de Burgos y dos voluntarias que aborda mediante metáforas un tema tan complejo y denso como es la justicia restaurativa: la asunción de la responsabilidad, la reparación del daño y la importancia de las segundas oportunidades. Y lo han hecho con tal sutileza que el cuento, ya disponible en librerías (15 euros), está dirigido a todos los públicos a partir de 5 años.

Responsables de Cáritas, de la Pastoral Penitenciaria y de la prisión presentaron ayer la obra sin ocultar que, en un principio, la idea imponía. La coordinadora del trabajo, Blanca López, admitió que tuvo sus dudas sobre la posibilidad de crear un cuento infantil en la cárcel, «pero, para mi sorpresa, todo fue súper fluido; con mucho debate y reflexión, porque se compartieron muchas experiencias, pero ha sido sencillo». La actividad se desarrolló en un taller sobre justicia restaurativa, por lo que había que ahondar en la importancia de reconocer el error cometido y el daño causado, la propia responsabilidad, el compromiso de no repetirlo... Algo en lo que trabajaron durante casi dos años, con periodicidad semanal: se planteaba la idea, los participantes trabajaban sobre ella y al cabo de 7 días se ponía en común.

«Se pensó en llamar Mara a una de las niñas, pero se descartó por el significado que tiene como organización», dijo López, insistiendo en que «se ha cuidado mucho a la infancia y se ha trabajado en otras áreas como la igualdad».

Para ello se han servido de un argumento aparentemente fácil: las hermanas se transforman en gotas e inician su aventura por el mar, pero las tramas son distintas porque también lo son sus decisiones; Kai no teme el riesgo y Lynn sí. A partir de ahí, hay que leerlo.

Pero el objetivo del proyecto va más allá del cuento. Tanto López como la psicóloga y subdelegada de Tratamiento en la prisión, Talía Puerta, o David Alonso, responsable de Acogida en Cáritas, destacaron que aspiran a presentarlo en centros educativos para hacer talleres y, quizá, teatralizarlo. Algo en lo que querrían contar con los autores, mediante salidas programadas como las que ya hacen.