Dos burgaleses renacen en El Prado

R. PÉREZ BARREDO
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Diego de Siloe y Bartolomé Ordóñez tienen especial protagonismo en 'Otro Renacimiento. Artistas españoles en Nápoles a comienzos del Cinquecento', exposición de la pinacoteca madrileña con 75 obras procedentes de colecciones públicas y privada

Imagen de una de las salas de la exposición ‘Otro Renacimiento’. - Foto: Museo del Prado

Dos artistas burgaleses, Diego de Siloe y Bartolomé Ordóñez, cobran estos días un enorme protagonismo es una de las pinacotecas más importantes del mundo, El Museo del Prado, que acaba de inaugurar la muestra 'Otro Renacimiento. Artistas españoles en Nápoles a comienzos del Cinquecento'; una exposición -que se podrá ver hasta el 29 de mayo en las salas A y B del edificio Jerónimos- que cuenta con varias obras de ambos artistas. Dice Manuel Arias, jefe del departamento de escultura del Museo y comisario institucional de la exposición, que ésta es una muestra «que entra por los ojos, realmente hermosa» y en la que «tanto Bartolomé Ordóñez como Diego de Siloe son dos figuras esenciales; sin ellas, podría decir que la exposición prácticamente no existiría».

Compuesta por 75 obras (44 pinturas, 25 esculturas, 5 libros y un retablo) procedentes de colecciones públicas y privadas nacionales e internacionales, pretende llamar la atención sobre una cronología (los años iniciales del siglo XVI), una geografía (Nápoles) y unos actores (pintores y escultores italianos y españoles), «que conforman un panorama artístico a menudo considerado secundario respecto a los tradicionales focos del Renacimiento: Florencia y Roma, y que tuvo además una decisiva trascendencia dentro de una realidad política más amplia, la de la Monarquía Hispánica, como demuestra la posterior actividad en España de artistas Bartolomé Ordóñez, Diego de Siloe, Pedro Fernández o Alonso Berruguete, entre otros».

Para Arias, Siloe y Ordóñez «llevaron a Nápoles las novedades de cuanto estaba sucediendo en Roma y Florencia haciendo unas obras fabulosas, como son las que se pueden ver en esta exposición». Señala el comisario institucional de la exposición, que cuando los dos burgaleses regresan a España dejan su impronta indeleble: Bartolomé Ordóñez en el coro de la Catedral de Barcelona y en un encargo especial como es el sepulcro de los reyes Felipe El Hermoso y Juana de Castilla en la Capilla Real de Granada. «Precisamente trabajando en ese encargo, en las propias canteras de Carrara, fallece Ordóñez en 1520. Una lástima, porque es uno de los escultores más brillantes de la historia del arte español».

Más longevidad tuvo Diego de Siloe, «que primero regresa a Burgos, trabajando en la Catedral -en el sepulcro del obispo Acuña- y otros templos de la capital castellana, y posteriormente en Granada, donde se convirtió en un arquitecto brillantísimo, haciendo, por ejemplo, la iglesia de de San Jerónimo o trabajando en la Catedral. Ambos artistas son figuras fundamentales del Renacimiento español. Y algunas de las obras que están en la exposición son verdaderamente excepcionales. Y verlas en España, y juntas, es una rareza, no había sucedido nunca. Es una ocasión única. Un privilegio y un gusto», apostilla Arias.

Inscrita en un espacio arquitectónico que evoca las construcciones napolitanas de la época, 'Otro Renacimiento' proporciona una idea muy aproximada de lo que supusieron las novedades de ese período sin circunscribirse a una sola disciplina artística. Se transmite de este modo una percepción global, ajustada a una realidad de convivencia de técnicas y materiales. La pintura sobre madera o lienzo, la miniatura, la madera policromada o la escultura en mármol presentan un panorama variado de tipologías y formatos que traslada de manera más verosímil al período que se ilustra.