Siguen los ERTE en la automoción por falta de microchips

G. ARCE
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La crisis de abastecimiento amenaza con cronificarse. Son 20 industrias y más de 1.400 trabajadores los afectados. Se espera que en el segundo semestre se empiece a recuperar el ritmo

Las interrupciones en la planta de Mercedes de Vitoria han tenido reflejo en la aplicación de ERTE en las industrias auxiliares burgalesas que son sus proveedores. - Foto: Grupo Antolín

Aunque ha perdido el protagonismo mediático que tuvo en los momentos duros de la pandemia, la crisis de los microchips sigue plenamente activa y amenaza con cronificarse a lo largo del presente año. Prueba de que los semiconductores llegan a cuentagotas a la cadena de fabricación de vehículos son la caída de un 14,7% de las matriculaciones el pasado mes de abril y el mantenimiento y la aplicación puntual de los ERTE en una veintena de industrias auxiliares del automóvil, con 1.431 empleos implicados.

La situación es de «anormal normalidad», describen desde los sindicatos, pues continúan las interrupciones de la producción por la falta de suministros de estos componentes a nivel mundial. Hay ERTE ya acordados hasta el próximo verano (como mínimo) en buena parte de la industria local y, de hecho, se está parando en fechas puntuales y en equipos concretos de las empresas.

Concretamente, de los 20 ERTE activos en la automoción burgalesa, 2 culminan en el mes de junio, 9 en julio y 3 en septiembre, según consta en los registros de la Oficina Territorial de Trabajo de la Junta de Castilla y León. Cuatro industrias han alargado su calendario de suspensión de contratos temporales hasta diciembre y dos han acordado un expediente hasta enero y marzo de 2023, respectivamente, lo que muestra que no hay un criterio único a la hora de abordar esta crisis de abastecimiento.

Referentes como el Grupo Antolin y Lear afrontaron recientemente interrupciones en una parte de su producción, sobre todo -en el caso de Lear- tras el parón de la actividad de la fábrica de Mercedes en Vitoria. Hay paros puntuales de días e incluso en trabajadores y departamentos, mientras las fábricas a la que pertenecen sigue en funcionamiento.

Todo depende del reparto de la cartera de clientes que tengan las empresas afectadas y de la posibilidad de suplir el parón de un fabricante de coches con la mayor actividad de otro. «La aplicación de estos ERTE es muy desigual, están negociados hasta mediados de año y si fuera necesario volveríamos a negociarlos hasta final de año», explica Ramiro Marijuán, secretario de UGT-FICA en Burgos.

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