La Audiencia ordena investigar un choque mortal en la N-234

I.E.
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La Fiscalía recurrió el archivo y pidió que continuaran las pesquisas por un delito de homicidio imprudente por un adelantamiento presuntamente irregular

El octogenario que resultó herido grave en el accidente falleció días después. - Foto: Bomberos de Salas

La sección penal de la Audiencia Provincial no quiere que se cierre en falso el procedimiento abierto en el juzgado de instrucción y primera instancia de Salas de los Infantes para dirimir responsabilidades en un accidente de tráfico ocurrido en febrero de 2020 en la N-234, en el que murió una persona. Tras el recurso de la Fiscalía, los magistrados del tribunal colegiado han ordenado al titular de ese órgano que reabra la causa después de haberla sobreseído de manera provisional. 

El fatal siniestro se produjo el 4 de febrero de 2020 a las 12,45 horas en la carretera de Soria, en concreto en el punto kilométrico 441, a la altura del término municipal de Barbadillo del Mercado. Un Chrysler Voyager adelantó a un camión articulado con semirremolque y, antes de volver a su carril, colisionó frontalmente con un Opel Astra que circulaba en sentido contrario, cuyo conductor murió en el acto.

El juzgado instructor no vio en principio inicios de criminalidad por imprudencia grave, pero la Audiencia, con las mismas evidencias, sí observa esos indicios. El conductor del turismo que realizó el adelantamiento declaró que en el momento de la maniobra «hacía sol», circulaba «por una recta y había línea discontinua», pero «en ningún momento» vio al Opel Astra en el carril contrario. En este sentido planteó que pudo salir «de algún lado» -desde el arcén- o que le deslumbró el sol, al ser el color del automóvil parecido al del asfalto. El hecho es que no le vio cuando inició el adelantamiento, también quizá por la presencia de «un pequeño cambio de rasante».

También declaró, en este caso como testigo, el conductor del camión adelantado. Efectivamente, corroboró que hacía un día de sol, que a él no le deslumbró, pero en el caso del coche no pudo asegurarlo. Lo que sí garantizó es que vio a los dos coches, «tanto el que le iba a adelantar como al que venía de frente», y éste «no estaba en el arcén ni había salido de un camino», circulaba por la carretera, por su carril y «a su velocidad correcta».

Asimismo, indicó que había un cambio de rasante, no apreciable para el camión, «pero para un turismo quizás sí», aunque había «línea discontinua». «El que adelantó no se percató de que venía otro coche de frente», zanjó.

Con el atestado de la Guardia Civil de Tráfico y estos testimonios el juzgado instructor decidió archivar la causa, pues no compartía los argumentos de la Fiscalía, que sostiene que se trata de un homicidio por imprudencia grave. La Audiencia provincial estima que las diligencias previas han de continuar, porque «estamos ante una maniobra de riesgo como es un adelantamiento, en la que el conductor del Chrysler Voyager no llegó a percatarse de la presencia del vehículo que circulaba de frente», tal como se deriva del testimonio del chófer del camión.

De tal modo que el tribunal provincial considera que existen «indicios racionales de criminalidad con respecto a la única causa del siniestro, la imprudencia» del conductor del coches que llevó a cabo el adelantamiento. Las pesquisas, por tanto, deben continuar sin perjuicio de que dicha negligencia pueda calificarse solo como leve.