Especialistas de una empresa autorizada para la retirada de amianto acudieron ayer a la calle Ramón Menéndez Pidal, entre el bulevar y San Pedro de Cardeña, para retirar las placas de uralita que fueron depositadas en el contenedor de obra colocado por un matrimonio burgalés que denunció los hechos en la Policía Local.
El cuerpo municipal sigue buscando al autor o autores de una práctica que puede acarrear una multa de entre 6.000 y 60.000 euros. Dejaron cerca de 200 kilos de placas de uralita, que contienen amianto, un material altamente peligroso que ha de ser manipulado por empresas autorizadas.