El Ayuntamiento de Burgos ha ordenado la «paralización inmediata» de las obras de la buhardilla y alero del número 8 de la plaza de Santa María por exceder los trabajos declarados en el proyecto al que le había concedido los permisos. A juicio de los responsables municipales, procede por tanto la aplicación del artículo del Reglamento de Urbanismo de Castilla y León referente a los actos de ejecución que no se ajustan a la licencia urbanística.

La polémica historia del elemento superior de este edificio, situado justo frente a la portada principal de la Catedral, en un lugar emblemático de la ciudad muy frecuentado por los turistas, se remonta a años atrás. Hace más de una década que la comunidad de propietarios del inmueble solicitó licencia para rehabilitar ese elemento superior, pero se topó con la negativa del Consistorio por considerar que estaba fuera de ordenación, que se encontraba en ruina y que incluso debía ser eliminada para recuperar la composición original del edificio.

Tras una pelea en los tribunales, el propietario de la buhardilla logró que los jueces le dieran la razón. El Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León determinó que la construcción no está fuera de la normativa urbanística, dado que por su antigüedad es anterior a toda regulación del suelo o de las construcciones, y por supuesto a cualquiera de los Planes Generales de Ordenación Urbana de la ciudad.

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