El castillo de Torregalindo sufre riesgo de derrumbe

I.M.L.
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El Ayuntamiento ha comenzado una campaña para avisar de la posibilidad de colapso de la fortificación y ha logrado que Hispania Nostra la incluya en su Lista Roja para concienciar de su necesaria consolidación

El castillo fortaleza ocupa un cerro que domina todo el municipio y algunas viviendas están construidas a lo largo de la ladera y en la base del promontorio. - Foto: Valdivielso

La estampa más espectacular de la localidad ribereña de Torregalindo es la silueta de su castillo fortaleza recortándose contra el cielo sobre las viviendas. Tanto es así que es el punto de partida de la cabalgata de Reyes, que va camino de celebrar 38 ediciones y que ha sido declarada Fiesta de Interés Turístico Regional. No en vano, este castillo tiene protección como Bien de Interés Cultural desde abril de 1949. Sin embargo, el paso del tiempo y la falta de intervención en estas ruinas, junto al expolio que ha sufrido, ha incrementado exponencialmente el riesgo de derrumbe.

Desde el Ayuntamiento de Torregalindo han dado la voz de alarma porque la torre del homenaje presenta una grieta que va creciendo y, con ella, la posibilidad de que se venga abajo. «En la torre, que son las torres más altas que conservamos, hay una grieta que es lo que supone el riesgo de que pudiera caerse, nos lo han confirmado ya algunos expertos que lo han visto», explica Mariví Pérez, concejala de Cultura del Ayuntamiento de Torregalindo. Y si cae la torre del homenaje, el efecto dominó puede hacer que se desplome el resto de la estructura. Una posibilidad que preocupa a los vecinos porque hay muchas viviendas construidas en la ladera y a los pies del cerro que sustenta este castillo fortaleza. «El riesgo de que el muro grande vaya hacia el pueblo si se sigue erosionando la montaña por lluvias o riadas», reconoce Pérez.

Ante este panorama, el Ayuntamiento torrejano ha empezado a moverse para conservar los restos de esta construcción del siglo X. La primera acción ha sido incluir el castillo en la Lista Roja de Hispania Nostra, como llamada de atención sobre su estado, para después empezar a contactar con expertos y administraciones superiores. «Ya hemos contactado con un arqueólogo, con un arquitecto, hemos estado con Patrimonio en Burgos, tenemos pendiente una reunión con Patrimonio en Valladolid»,  explica la edil de Cultura los pasos que han dado hasta ahora.

Son conscientes de que una intervención patrimonial supone una inversión que las arcas municipales no pueden afrontar por sí solas, pero están dispuestos a sacrificar los proyectos que sean necesarios. «Unas obras así igual podrían suponer el presupuesto del Ayuntamiento de dos o más años, aún no tenemos una estimación del coste que podría suponer, pero si los vecinos están de acuerdo, que estamos seguros de que sí, dejaremos aparcados otros proyectos para volcar todos nuestros esfuerzos en evitar que se siga deteriorando el castillo», asegura Mariví Pérez.

Esta fortaleza medieval tiene 25 metros de ancho por 60 de largo y conserva aún las ruinas de lo que fue en su día la torre del homenaje con planta triangular y situada al este, además de restos del patio de armas, de un aljibe, de la muralla que la rodeaba la fortaleza y de una torre albarrana circular abovedada al oeste. Lo último en desaparecer por el expolio fue  el arco de medio punto de acceso a la torre.