Quiero ser cristiano

ANGÉLICA GONZÁLEZ
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Dos meses andando le costó a Seyed llegar desde Irán huyendo de la policía que allí le persigue por haber dejado de ser musulmán.El 23 de mayo el arzobispo, Fidel Herráez, le bautizó en la Catedral

Seyed, el pasado miércoles, rezando en la parroquia de San Fernando. - Foto: Miguel Ángel Valdivielso

Su nombre es muy largo pero quiere que solo aparezca una mínima parte, Seyed. Nada de apellidos que, dice, podrían comprometer a la familia que ha dejado en Mashhad, su ciudad de origen y la segunda más poblada de Irán. De allí se marchó este hombre de 38 años hace cuatro para evitar la cárcel por el único hecho, según cuenta, de ser cristiano en un país de aplastante mayoría islámica chií y que no conoce los beneficios de la libertad religiosa y de casi ninguna otra, pues el derecho a expresarse sin cortapisas está cercenado igual que el de manifestación, y existe la pena de muerte, que es aplicada sin miramientos.

En su aún torpe castellano, cuenta que nunca se sintió muy atraído ni comprometido por el Islam obligatorio a pesar de que su padre y sus hermanos sí son religiosos, y que se involucró en un grupo de amigos y vecinos cristianos con los que se empezó a reunir en algunos domicilios para rezar, algo que parece estar prohibidísimo: «Como no hay iglesias, nos juntábamos en las casas de amigos  para leer la Biblia, hablar de la vida de Jesús y María y para rezar y cada vez me di cuenta de que me gustaba más la vida cristiana», explica en un local de la iglesia de San Fernando, cuyo cura, Manolo Madrigal, ha cedido amablemente para esta entrevista. 

En Irán, afirma, no está penado ser cristiano sino cambiar de religión, es decir, que más o menos se tolera la presencia de personas que hayan sido siempre seguidoras de Cristo pero, de ninguna manera se permite alejarse del Islam para abrazar una nueva religión: «Esto está muy prohibido, no se puede cambiar de religión y si se hace puedes ir a la cárcel porque mi país tiene un presidente dictador. Por eso yo estoy en España».

(Más información, en la edición de papel de hoy de Diario de Burgos)