Era una exigencia perseguida durante muchos años por el colectivo de empleadas del hogar y por las asociaciones y sindicatos que las apoyan y, por fin, el pasado 6 de septiembre se aprobó el Real Decreto para la mejora de sus condiciones de trabajo, entre la que destaca, por encima de otras, la del derecho a cobrar el paro, que nunca había existido para este sector. Así, desde el 1 de octubre pasado la cotización por desempleo será obligatoria, las bases de cotización, las correspondientes a las contingencias de accidentes de trabajo y enfermedades profesionales, y el tipo de cotización aplicable entre el 1 de septiembre y el 31 de diciembre de 2022, será del 6,05%, del que el 5% será a cargo de la empleadora y el 1,05 por ciento a cargo de la persona empleada.

Esta es la letra del texto, que entre las mujeres que se dedican a limpiar casas y a cuidar de personas ha sido recibido con mucha satisfacción pero también con dudas (referidas, por ejemplo, a qué ocurre si se trabajan horas sueltas o si se tiene una incapacidad temporal o si se está en el paro y le salen unas pocas horas para trabajar), que han multiplicado las llamadas a las entidades que las apoyan como explican Nacho García, del departamento de Intermediación de Cáritas, y Carla Molinari, orientadora laboral de Accem, quien pone en valor el hecho de que España haya ratificado, por fin, el Convenio 189 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) que garantiza los derechos de las empleadas de hogar y que estas disfruten de condiciones equitativas a las aplicables al resto de los trabajadores.

Molinari cree, además, que esta nueva norma va a servir para respaldar a las mujeres, que hasta ahora muchas veces no se atrevían a exigir ser dadas de alta, algo obligatorio, pero que aún en muchas ocasiones se obvia por parte de quienes precisan de sus servicios.  En 2021 había en la provincia de Burgos 2.509 personas dadas de alta como empleadas de hogar. Casi una década antes, en 2012, la legislación que reguló estas relaciones laborales hizo que aflorara multitud de trabajo 'en negro' y la cifra fue creciendo hasta 2017. Desde entonces y hasta ahora ha ido disminuyendo. El cálculo que hace la Plataforma de Empleo en el Hogar es que siguen existiendo alrededor de dos centenares de mujeres que trabajan sin contrato.

Nacho García, de Cáritas, afirma que son multitud las llamadas de mujeres que quieren resolver dudas. «Nos están llegando estos días muchas consultas sobre la aplicación del derecho a la prestación por desempleo, que el Gobierno español se ha atrevido a aprobar, no solo de las trabajadoraMuchas cons del hogar sino de muchas familias interesadas». La Agencia de Colocación de Cáritas y su servicio de Intermediación, que está financiado por el Fondo Social Europeo, cree que es un paso adelante importantísimo pero también, que aún queda trabajo por hacer: «Todavía faltan muchos otros derechos que reconocer sobre todo dentro del trabajo en  régimen interno, donde se producen la mayoría de los abusos dentro del empleo del hogar, ya no solo en el respeto a los descansos legales hasta ahora marcados, sino en las condiciones  mínimas de desarrollar el trabajo incluyendo, en muchos, casos las obligaciones legales exigidas hasta ahora».