Un campo difícil para la reacción

Ó.C.
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El Mirandés juega el domingo ante el Lugo en el Anxo Carro, donde los rojillos solo han ganado uno de los ocho duelos disputados en Segunda

Marcos Paulo, durante un partido del Mirandés este curso. - Foto: Luis López Araico

Queda un mundo en Segunda División y la palabra final queda muy lejos, aunque las alarmas suenan en Anduva desde hace varias jornadas por la situación del equipo. La urgencia por sumar no se esconde y el Mirandés viajará este domingo a Lugo con la clara intención de sumar un triunfo, que le saque del último puesto de la clasificación. Para conseguirlo, la reacción del equipo tiene que llegar en un feudo, el Anxo Carro, en el que los resultados en el fútbol profesional no han sido del todo buenos.

En las ocho temporadas en la que ambos clubes han coincidido en Segunda, los gallegos se han impuesto en seis ocasiones cuando jugaban de locales. Los rojillos retuvieron un punto en la 2014/2015 gracias a un empate a uno con gol de Pedro Martín. Un curso después, los jabatos vencieron por 1-4, con dos dobletes de Abdón Prats y Sangalli.

Más allá de esos dos compromisos los rojillos han salido de vacío de su visita a la ciudad amurallada y en los últimos cuatro duelos el resultado se ha repetido: 2-1. Pero para hablar de un capítulo negativo en el Anxo Carro hay que remontarse a la 2013/2014, cuando en este escenario se consumó el descenso jabato, en un partido recordado por la parroquia mirandesista porque se disputó en plenas fiestas de San Juan del Monte. Aquel 1-0 mandó al equipo a Segunda B, aunque el posterior castigo administrativo al Murcia posibilitó que el Mirandés recuperara la categoría en los despachos. 

Al margen de los compromisos ligueros de las últimas temporadas, el Mirandés disputó el año pasado una eliminatoria copera en la casa del Lugo, en un encuentro en el que los jabatos vencieron por 1-2, lo que les permitió pasar de ronda, pese a que los gallegos tuvieron grandes oportunidades en un duelo en el que los jabatos supieron sufrir.

En este caso no estará en juego mantenerse vivo en ninguna competición, aunque el envite tiene trascendencia para ambas escuadras. La clasificación dice que los dos bloques luchan por la permanencia, por lo que los tres puntos estarán en juego entre dos rivales directos. Ambos conjuntos están separados por cuatro puntos, aunque un triunfo reforzaría la moral rojilla, en una situación complicada de la que el equipo tiene que salir.