Quería el Tubos Aranda Villa de Aranda realizar un pleno de tres triunfos consecutivos en su apertura del sector por la permanencia en División de Honor Plata, pero finalmente no pudo ser. Empate del conjunto ribereño en casa ante un Handbol Sant Quirze de juego ordenado y buen gusto por el balonmano colectivo que, por momentos, llegó a sorprender a los asistentes a la cita. También a una escuadra, la de Mariano Ortega, a la que a punto estuvo de doblegar en pista (27-27).

Y eso que los pupilos del técnico de Esparraguera realizaron una muy buena primera mitad sobre el cuarenta por veinte. Hechos consumados que permitieron al 'siete' amarillo comandar el luminoso con una ventaja de hasta seis goles de diferencia en su haber (15-9), pero que terminaron por quedar reducidos a la mínima expresión antes del descanso (17-16), para ser revertidos por la escuadra catalana tras el paso por las duchas. De la mano de un inconmensurable Gerard Esparza bajo palos que lo sacó prácticamente todo en el segundo acto, pero también merced a un creciente desatino arandino en ataque, que llegó a permitir que Sant Quirze se marchara de tres goles en el luminoso (23-26), antes de que una postrera reacción burgalesa, con dos goles a la contra consecutivos de Marcos González, sirvieran para reequilibrar la contienda y, con ello, rescatar un nuevo punto para el casillero burgalés.

Con el empate ante Sant Quirze y la victoria de Alcobendas en casa ante CajaSur Córdoba (30-21), el equipo del Príncipe de Asturias cae ahora hasta la segunda posición en la tabla clasificatoria del grupo por la permanencia en División de Honor Plata. Un hecho que los ribereños tratarán de hacer circunstancial la próxima semana en su visita al Quijote Arena de Ciudad Real (sábado 9 a las 19.00h.), pero que para que sea efectivo deberá ir asociado, además, a un tropiezo de los madrileños en el feudo de su rival de hoy.