Ir a Andalucía a mitinear con el discurso de que los populares cuando están en el Gobierno se dedican a la corrupción y que deben ser los socialistas quienes tengan que poner orden y transparencia en la gestión de la cosa pública tiene sus riesgos. Eso fue lo que hizo Pedro Sánchez hace un par de semanas en plena campaña electoral olvidándose de forma escandalosa de la historia reciente de Chaves y Griñán. Una cosa es que los ciudadanos tengamos memoria de pez y otra muy distinta es que nos tomen por tontos. Muy oportuno también Zapatero añadiendo una muesca más a su gran trayectoria de estadista echando una mano al cuello de Espadas con aquellos de que Chaves y Griñán son honestos en el plano personal que es tanto como sembrar dudas de su honestidad en el plano político. ¡Todo un acierto! Y como no hay dos sin tres tenemos la gran aportación de Adriana Lastra recordando cómo las mujeres andaluzas tuvieron que salir a la calle al día siguiente de las últimas elecciones andaluzas para parar a la derecha. Sin comentarios. Por si fuera poco está lo de Oltra. ¡Otra campeona de la limpieza que nada tiene que reprocharse! Monta un show para consumo interno en el que sobreactúa sin ningún pudor para justificar que no dimite porque ella es limpia y transparente, ética y estéticamente y por supuesto es víctima de una campaña de la ultraderecha concentrada contra ella y lo que representa y bla, bla, bla...

No creo que Moreno Bonilla haya descubierto la pólvora o al menos a mí no me lo parece. Sin embargo ha hecho una aseada gestión de gobierno sin ningún resbalón de importancia, con respeto de lo que pasaba a su derecha e izquierda y con un buen tándem con Juan Marín. Si nos ponemos a sumar unas cosas y otras el resultado es el que es. Seguramente un poco abultado pero es que la arrogancia de los dirigentes del PSOE, la incoherencia de la ultraizquierda buscando culpables a los malos olores de sus cloacas y el hartazgo de la sociedad con toda esa claudicación con los independentistas y colaterales nos lleva a un cocktail que estalla con una holgadísima mayoría absoluta que nadie esperaba. ¡Ojo al dato!, que Sánchez está buscando chivo expiatorio.