A falta de 7 jornadas para el final, el Burgos CF quiere disfrutar de un final de campaña que va a ser mucho más plácido de lo que decían la mayor parte de los vaticinios.Su intención es disfrutar del trayecto. Con los deberes hechos, los blanquinegros se refugiarán en el partido a partido para seguir creciendo como grupo e individualmente. No renuncian a nada, pero tampoco quieren fijarse un objetivo, ya que el único y exclusivo, que era la salvación, está alcanzado.
El play off se encuentra a 8 puntos cuando quedan 7 jornadas, una distancia que parece imposible de recortar, mientras que a falta de 21 puntos por disputar el equipo tiene 15 de ventaja con el descenso, por lo que el equipo está virtualmente salvado y solo queda que las matemáticas lo confirmen.
El final de la campaña está a la vuelta de la esquina. Tanto los futbolistas como los clubes comienzan a mirar al futuro y la meta es acabar de la mejor forma posible en ambos casos. Tienen un ojo en la actual temporada y el otro en la siguiente.
Insiste Calero en que no hay que perder la perspectiva y tener muy claro de dónde viene el equipo, aunque cuando las cosas salen bien todo el mundo quiere más. Se preveía que las jornadas ante el Sporting y el Mirandés aclararían por qué iba a luchar la escuadra burgalesista en este tramo final del curso y después de sumar 1 punto en estos 2 enfrentamientos, en los que mereció más ante el cuadro asturiano en El Plantío y se vio superado por su vecino en Anduva, se ha quedado en la zona tibia de la tabla clasificatoria. Tiene complicado mirar arriba y el colchón con el abismo es más que suficiente.
4 partidos en casa. Uno de los alicientes es que al Burgos le quedan aún por disputar 4 encuentros en El Plantío, una fiesta cada tarde que juega el equipo como local. Tienen que pasar por el estadio municipal oponentes tan importantes como el Almería, el Cartagena y el Girona, mientras que los blanquinegros deben visitar campos tan motivantes como La Romareda, El Toralín o La Rosaleda.
Quedan partidos estimulantes tanto en El Plantío como fuera y la intención del vestuario es mantener el listón alto para acabar con un buen sabor de boca una temporada histórica en la que el Burgos ha regresado a la elite y ha tenido que adaptarse a las exigentes circunstancias que se ha encontrado en esta nueva etapa.
La campaña debe servir para que queden bien asentadas las bases de cara a que la entidad siga creciendo y se consolide en el fútbol profesional.