A falta de dos semanas para que comience la primera gran escapada del año, las reservas hoteleras para Semana Santa se han adelantado en un destino como el de la capital burgalesa, que siempre se ha caracterizado por las entradas de última hora. La situación que vive el sector desde que comenzó 2022 nada tiene que ver con la de hace un año, cuando en el mismo periodo vacacional pasó prácticamente desapercibido debido al temor a nuevas restricciones por la pandemia, con apenas un 25% de ocupación y alojamientos aún cerrados.

El panorama actual es diferente, aunque como era habitual antes de la crisis sanitaria, se concentra en los días centrales. En líneas generales, el presidente de la Asociación de Alojamientos Turísticos, Luis Mata, asegura que de Jueves a Domingo las reservas se sitúan ya en  torno a un 75% de media, incluido también la noche del último día de la semana. «Por ahora está funcionando todo bastante bien y las expectativas son buenas», subraya, añadiendo que la previsión, de continuar la tendencia y con las llamadas de los más rezagados, pasa por rozar el lleno en hoteles de tres y cuatro estrellas de la ciudad.

(Más información, en la edición de papel de hoy de Diario de Burgos)