Si el fútbol es un estado de ánimo, el del Burgos CF y su afición es exultante. Todo lo contrario, por cierto, que el del Mirandés, hundido tras el 2-1 en El Plantío. El desenlace del derbi fue apoteósico para unos y terriblemente cruel para otros. Tuvo que ser Saúl Berjón -héroe de Almendralejo para siempre-, el que aprovechó su ratito sobre el césped para pausar un contragolpe, ver al compañero mejor posicionado y ponerle a Mourad un balón que el '9' blanquinegro convirtió en su merecido primer gol de la temporada. Nada pudo hacer Alfonso Herrero, ídolo local no hace tanto, ahora abucheado.

Son 21 puntos, 14 más que sus vecinos de Miranda, los que mantienen al Burgos CF entre los mejores del segundo peldaño del fútbol español. Hay que remontarse muchos años, décadas probablemente, para recordar tiempos más felices a orillas del Arlanzón. Hay quien vio fútbol de Primera en la ciudad que incluso dice que no disfrutaba tanto en el estadio como ahora, que el ambiente de hoy apenas tiene que envidiar al de antaño. A buen seguro que de haberse producido antes lo vivido este domingo en el derbi y el pasado sábado ante el Alavés, con más de 10.000 testigos en las gradas, hubieran tenido su mención en el flamante libro del centenario del club, que ya está a la venta. No se lo pierdan.

La Tribuna de El Plantío se está quedando pequeña y los fondos y la Lateral vibran como casi nunca con un equipo que estos días copaba titulares hasta de la prensa internacional por su récord de imbatibilidad. La expulsión de Caro, Churripi ya para todos, por una mano fuera del área -yo también creo que se equivocó, pero hay que verse en su lugar- hizo aún más épica la victoria de un grupo que ni en inferioridad numérica se resquebraja.

Disfrutemos, que no abundan las alegrías, y si es bien acompañado, cuánto mejor.