Más de la mitad de las salidas que durante 2020 han realizado los bomberos de Briviesca, 448 exactamente en doce meses, se relacionan con la pandemia de coronavirus. A lo largo de mediados de marzo, abril, mayo y junio los profesionales se encargaron de la desinfección de las calles de la ciudad y de localidades aledañas, a la entrega de alimentos a los vecinos más vulnerables o al reparto de mascarillas entre otras actuaciones. «Ha sido un año muy tranquilo en el que apenas hemos intervenido en accidentes de tráfico o incendios», asegura el responsable del Parque, Jesús Losúa.

Desde que se liberalizó la AP-1, hace ya dos años, las salidas de los bomberos briviescanos se han visto reducidas a más de la mitad. Pese a que siguen produciéndose percances, siete que requirieron de su servicio, tanto en la autopista como en la N-I han comprobado que revisten menor gravedad.  

A lo largo del último año los profesionales del parque de la ciudad, formado por 14 cooperantes (12 de ellos voluntarios), han extinguido las llamas en fincas, rastrojos y monte en 31 ocasiones,  casi la mitad que en 2019 y también en 5 viviendas. Las restricciones impuestas por el gobierno autonómico impiden que vecinos de fin de semana de pequeñas localidades «se trasladen a la casa del pueblo por lo que este invierno se están produciendo menos incendios en chimeneas», explica Losúa.

La retirada de enjambres, tanto de abeja como de avispa asiática, continúa como una de las actuaciones más comunes en las que actúan y durante el pasado ejercicio los bomberos briviescanos retiraron 28, 10 más que en 2019. «Resulta habitual observar a estos animales en el centro de la ciudad, en pequeños municipios y en el monte.  Las alertas no cesan sobre la expansión de esta especie invasora», añade el portavoz.

Cuando se producen incidentes ocasionados por fenómenos meteorológicos adversos, como la caída de ramas o tejas cuando hay mucho viento o cuando nieva, el cuerpo también colabora en su retirada. En 2020 los profesionales prestaron servicio en 11 ocasiones, ninguna de ellas correspondía a  una situación de gravedad extrema. Asimismo, Losúa destaca que en abril no atendieron emergencias por primera vez en más de 30 años y en diciembre tan solo en dos ocasiones, un hecho poco habitual. Asimismo explica que los rescates de animales se han incrementado al igual que las llamadas de falsa alarma. «En ocasiones la gente avisa de un hecho que finalmente no es tan grave», añade. La realización de prácticas resulta clave para prestar un buen servicio y «damos mucha importancia a aprender y a que todos tengan unos conceptos claros a la hora de actuar en una emergencia», sentencia Losúa.

Material sin revisar. La plantilla de bomberos ha denunciado en varias ocasiones que parte de su instrumental no se revisa con la periodicidad que requiere. Fuentes de la Diputación declaran que se «tiene en cuenta que ningún material esté caducado pero que deben de ser los propios bomberos los que comprueben el estado de los arneses y el correaje y en caso de que estén defectuosos, avisar para remplazarlos». 

El parque de Miranda entregará a la Diputación una autoescala gratis. Las múltiples quejas que los bomberos de Briviesca han expresado por activa y por pasiva al no disponer de un vehículo autoescala para trabajar en altura parece que van a tener su efecto. Según el diputado Ramiro Ibáñez la administración provincial ha llegado a un acuerdo con el parque mirandés, que les entregará una de las grúas que van a retirar próximamente. «Una vez nos la cedan se la entregaremos a los bomberos de la capital burebana», asegura el político.

Actualmente, los briviescanos ejecutan las acciones más peligrosas con escaleras manuales, con cuerdas desde los tejados de las casas o con una plataforma, homologada para los trabajos en altura pero no para emergencias.