Pancorbo se queda sin combustible

Ó.C.
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Mari Carmen Ortiz trabajaba en la estación de servicio del pueblo, para la que sigue contratada, pese a que cerró en enero

Mari Carmen Ortiz, junto al cartel que indica que la gasolinera permanece cerrada. - Foto: O.C.

El 12 de enero Mari Carmen Ortiz cerró por última vez la gasolinera de Pancorbo ubicada a los pies de la N-I. Los surtidores hacía semanas que no daban ni una gota de carburante y el negocio se mantenía a duras penas con la tienda. La pérdida de este servicio ha supuesto un nuevo palo para el pueblo, pero también derivó en un problema laboral para sus dos trabajadoras, que continúan en un bucle sin hallar soluciones. «Nos tenían desde el 24 de diciembre sin combustible y desde ese día estuve dando la cara», reconoce la empleada, que cogió la baja por la presión que soportaba. La primera en los quince años que llevaba en su puesto.

La situación reconoce que era difícil. Su otra compañera «se la cogió antes» por los mismos motivos. El estrés y la ansiedad convirtieron su puesto en «insoportable». Desde la última vez se puso en el mostrador ha visto como en la gasolinera han cortado la luz y han dejado la tienda prácticamente vacía. La sensación de abandono es total, pero todavía hay despistados que tratan de llenar su depósito. 

En menos de un cuarto de hora, mientras Mari Carmen detalla su calvario, han parado dos vehículos y la dependienta explica que han cerrado. Solo hay un cartel en la puerta y eso los clientes «lo ven cuando se dan de bruces», afirma. En el momento en el que se va uno de los coches, Mari Carmen indica que «este se lo han tomado bien, pero imagínate ocho horas así todos los días y hay gente que llega apurada de combustible y que no puede tirar para ningún lado y lo pagan contigo», sostiene la empleada, que admite que «ha habido casos en los que he pensado que me podían pegar».

Cuando dejaron de atender a los clientes que querían repostar, preguntaron a su empresa por el motivo y no recibieron ninguna respuesta, lo que arrojó todavía más incertidumbre a su futuro. La pandemia no es excusa «porque hemos estado trabajando y funcionaba a pesar de que había menos gente». Aún así, «en los peores momentos hemos estado aquí con todo el miedo», ensalza la empleada.

El problema, como explica, sigue sin solución a pesar de que han pasado meses e incluso se ha complicado, porque la empresa que gestionaba la gasolinera ha dejado el contrato y «ha quedado en una especie de vacío y todavía no sé nada de nada». La adjudicación finalizó en marzo cuando los gestores decidieron no prorrogar la vinculación y «aquí resulta que nadie nos da una respuesta», lamenta Mari Carmen, que añade que «las denuncias y los requerimientos de la inspección al parecer no les llegan». 

Por este motivo, al margen de seguir de baja «no sabemos en qué situación estamos porque he llamado a los responsables de la zona de Repsol y dicen que no saben nada». Con esta respuesta mueven la pelota al tejado «de los antiguos gestores y ellos dicen que han acabado y que no son los responsables», relata Mari Carmen.

Mientras todo esto se resuelve, reconoce que «la mutua está respondiendo, pero desde noviembre no cobramos de la empresa, estamos sin paro y sin liquidar, en el limbo». De esta manera, espera salir de la encrucijada en la que se encuentra, aunque el pueblo ve complicado que la gasolinera vuelva a suministrar el combustible para los vecinos de Pancorbo y los visitantes que pasen por el trazado de la N-I, por la que cada vez pasan menos coches.