Frías atrae al cámping usuarios del que arrasó la riada

S.F.L.
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El promotor, Raúl Urruchi, declara que tiene apalabrado el alquiler de varias parcelas con clientes de las instalaciones antiguas. Las obras continúan y la apertura se prevé para febrero

En el edificio principal se ubicará el bar-cafetería, la recepción, el botiquín y un pequeño supermercado. - Foto: J.J.MATÍAS

La construcción del nuevo cámping de Frías avanza según lo previsto. Un proyecto ambicioso que por el momento pretende dar cabida en un espacio de 59.000 metros cuadrados a unas 240 personas repartidas en 60 parcelas. Para el asombro de Raúl Urruchi, promotor del proyecto, cantidad de usuarios que tenían sus módulos en las instalaciones que en 2015 fueron arrasadas por una riada han contactado con él para afincarse de nuevo en la ciudad.

Uruchi, que confiesa que no se ha parado «ni un segundo» en promocionar el nuevo espacio ni a través de las redes sociales, medios de comunicación u oficinas de turismo, declara que un porcentaje importante de las parcelas que construirá en la primera fase «se ocuparán» según abra las puertas del cámping «en febrero».

Como consecuencia de las lluvias torrenciales de las últimas semanas los trabajos no han avanzado en demasía, aunque el constructor expone que lo más costoso, como los edificios del bar-cafetería los baños y gran parte de las instalaciones ya se han ejecutado.

No obstante, todavía hay personas que no creen que el municipio volverá a disponer del servicio y se han acercado hasta el lugar para comprobarlo en primera persona. «Muchas nos han transmitido su alegría al poder regresar a la localidad después de la desgracia de 2015. Pero también ha contactado gente conmigo que no guarda ninguna relación con el municipio y que está interesada en situar su módulo aquí», manifiesta. De momento, el cámping funcionará con 60 parcelas y «en el caso de obtener el éxito esperado, se ampliará la zona», expone el emprendedor.

El emplazamiento elegido para levantar la nueva instalación se sitúa a menos de un kilómetro del área arrasada por el río Ebro, espacio que el Ayuntamiento destinará como zona de ocio con piscinas, un bar-restaurante, zonas para picnic y columpios y que ya trabaja en su rehabilitación. Sin embargo, el emprendedor se ha asegurado de que el terreno elegido esté catalogado como no inundable, por lo que el riesgo a que la película de miedo que los usuarios del antiguo cámping vivieron hace ya seis años se vuelva a repetir «es nulo», aclara.

Actualmente, la empresa de Urruchi se encuentra inmersa en la construcción de las parcelas, en las que podrán colocarse tiendas de campaña, caravanas, autocaravanas, furgonetas o módulos fijos, y con la instalación de agua. Las obras de implantación del vallado y de la cimentación de los baños y del edificio principal, donde se situará el bar-cafetería, la recepción, el botiquín y un pequeño supermercado, ya han finalizado.

El empresario ha utilizado técnicas sostenibles con el uso de estructuras elaboradas con materiales ecológicos para reducir lo máximo posible el impacto ambiental. También hará uso en la medida de lo posible de fuentes de energía renovables para promover un turismo ecológico. «Utilizaremos placas solares para calentar el agua aunque me han sugerido poner más para producir electricidad. Todavía no lo tengo claro y lo tengo que valorar», expone el constructor.

Asimismo, recuerda que todos los servicios disponibles para los futuros usuarios, como las piscinas, el bar o la zona de ocio infantil, también los podrán utilizar los vecinos del municipio y los turistas pagando una entrada.

En relación a los puestos de trabajo que se generarán, Raúl Urruchi calcula que en un principio necesitará «dos o tres» personas, pero tiene claro que en verano la plantilla aumentará.