Los vecinos y comerciantes del tramo de la avenida Castilla afectado por las obras de reurbanización están hartos, no tanto por las molestias propias de los trabajos a la puerta de su casa «que hay que aguantar para mejorar» sino porque llevan una semana sin ver movimiento en la zona de trabajo y temen que las obras se hayan paralizado. Desde la Concejalía de Obras del Ayuntamiento arandino niegan que las obras estén paralizadas. «De hecho, la semana pasada tuvimos una reunión con la empresa, la dirección de obra, representantes de Iberdrola y los técnicos municipales», aporta el edil de esta área municipal, Alfonso Sanz.
El motivo de esa cita fue un imprevisto que ha surgido en el proyecto una vez que se ha comenzado el trabajo sobre el terreno. «Al parecer, las acometidas eléctricas están muy someras y hay partes de fibrocemento, lo que nos va a obligar a hacer un estudio de estos tramos para buscar la mejor solución y realizar un modificado el proyecto inicial para ejecutarlo», explica Sanz. Los encargados de estos trabajos detectaron al abrir las zanjas que hay algunas de las canalizaciones del suministro eléctrico que están colocadas a poca profundidad, por lo que habrá que enterrarlas más y eso precisa un estudio que hay que incorporar al proyecto.
Sanz trasladó que la sintonía en esa reunión técnica fue total y que Iberdrola mostró su disposición a llevar a cabo estos trabajos, que se podrían reflejar en el texto de un convenio, sin que el edil de Obras pudiese aportar más detalles. Lo que sí que insistió es en que esta circunstancia «no tiene porqué parar las obras, pueden seguir por otro lado».
Mientras se mantienen estos contactos en el Ayuntamiento, los vecinos no tienen una comunicación oficial sobre la marcha de este proyecto, por lo que entre los comentarios a pie de calle circulan todo tipo de hipótesis sobre los motivos del parón en las obras.
Unos hablan de «un problema eléctrico del que nadie quiere hacerse cargo», otros lo achacan a un «material tóxico» que ha aparecido al abrir las zanjas, incluso llegan a aventurarse con que «el Ayuntamiento tenía que haber hecho ya el primer pago del contrato y no lo han hecho». Eso sí, reconocen los vecinos que «nadie nos ha venido a explicar nada y esa incertidumbre es la que da pie a que se elucubre con los motivos más graves».
Lo que sí que tienen seguro, porque lo ven todos los días, es que las obras llevan sin avanzar desde la semana pasada. «Desde el martes no vemos un obrero por aquí», puntualiza una comerciante de la acera que ahora está más afectada, «y no sabemos cuándo van a volver, porque ahora llega la Semana Santa y no harán nada tampoco, claro», remarca indignada.
Y es que los vecinos de la avenida Castilla, sobre todo los comerciantes, hablan con el calendario en la mano y empiezan a sospechar que no se van a cumplir los plazos marcados en el contrato de esta obra, que es de 10 meses, por lo que temen que las molestias se van a alargar en el tiempo. «Nos cortaron la calle a mediados de febrero y tardaron tres semanas en empezar a trabajar, y ahora este otro parón, que seguro que será de dos semanas como poco, vamos sumando y ya hay mes y medio más de plazo», expone una vecina haciendo cuentas. «Puff, los plazos, eso es casi una cuestión de fe, yo no creo que los cumplan y nos van a tener con la calle levantada todo el año», comenta un comerciante pesimista al ver su tienda vacía. «Es imposible que cumplan lo de los 10 meses, si tienen sólo a cuatro obreros para una obra de esta envergadura, se van a tirar hasta 2023 seguro», se queja un vecino.