Los ladrones de los 'alcantarillazos' acumulan 15 causas

F.L.D.
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La Policía Nacional asegura que estos dos individuos, I.R. y A.A., son autores de tres cuartas pares de los robos con fuerza en bares y comercios de la ciudad

En el Juarreño de Soportales de Antón, I.R. se llevó la caja registradora con 13.000 euros pero no consiguió abrirla. - Foto: Alberto Rodrigo

Han sembrado, en cuestión de dos meses, el temor entre el comercio y los hosteleros de la ciudad. Tanto I.R., de 33 años y nacionalidad rumana, como A.A., marroquí de 23, han tenido que cometer numerosos asaltos para que la autoridad judicial decretase su ingreso en prisión. Aunque comparten el mismo modus operandi, el ya famoso 'alcantarillazo', no están organizados. Lo más seguro es que ni siquiera se conozcan. Pero parecían haberse puesto de acuerdo para llevar a cabo una serie de golpes que han supuesto numerosos quebraderos de cabeza para los pequeños empresarios. Más que por el botín que se llevaban, en ocasiones apenas las monedas del cambio, por el destrozo en sus locales. La Policía Nacional asegura que entre los dos suman una quincena de causas pendientes. 

La escalada delictiva de estos dos sujetos ha sido tan constante que los investigadores casi podían apostar a ciegas, nada más recibir la llamada de una víctima, que uno de ellos estaba detrás de los robos con fuerza. Bien es cierto que, en más de una ocasión, tampoco es que estos delincuentes les pusieran las cosas demasiado difíciles. Básicamente porque, o bien dejaban restos que les llevaban a identificarles, o eran sorprendidos a escasos metros del lugar del robo. 

Esa evidente falta de pericia y sofisticación de los asaltos quedó demostrada en algunos hechos recogidos en las páginas de este periódico a lo largo de los dos últimos meses. A principios de enero, una patrulla de la Policía Local detuvo a A.A. tras localizarle a pocos metros de una tienda de móviles de la calle San Pablo que había sido asaltada tras forzar la verja. Minutos antes habían acudido alertados de que este individuo se encontraba tumbado en el suelo y apoyado en el exterior. Cuando se acercaron trató de disimular e hizo verles que se encontraba borracho y que se marchaba del lugar. Rechazó, eso sí, cualquier tipo de ayuda. Esa actitud fue la que generó ciertas sospechas entre los agentes, por lo que inspeccionaron el lugar sin que en ese momento detectaran nada anómalo.

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