La celebración del 50 aniversario del inicio de la actividad en la factoría de Michelin en la capital ribereña no se puede realizar por la situación general provocada por la pandemia, pero los responsables de la empresa no han querido dejar pasar la oportunidad para tener un recuerdo para todos aquellos que han pasado a lo largo de este medio siglo por su plantilla. La plantación de una arboleda de robles en una explanada de más de 1.200 metros cuadrados, con 50 ejemplares de este árbol, uno por cada año que lleva implantada la multinacional en Aranda.

El director de la fábrica, César Moñux, explicaba que «cada uno de los 50 robles fue plantado por un representante de cada equipo porque es un homenaje a todas las personas que han trabajado en la fábrica de Aranda desde sus inicios, en el año 1970», verbalizando la carga de significación de esta arboleda. «Los árboles son un ejemplo vivo de la fuerza y profesionalidad de todos los equipos que han escrito la historia de esta fábrica, superan sus compromisos en el presente y construyen un futuro mejor», afirmaba Moñux.

La planta de Aranda de Duero se ha convertido en una de las fábricas más importantes y productivas del Grupo Michelin. Camino de la excelencia industrial, está centrada en sus empleados y en sus clientes, aprovechando las oportunidades de la digitalización y la responsabilidad de sus equipos para hacer frente al desafío de la competitividad y la sostenibilidad. Además, esta factoría es una de las plantas piloto para elaborar y poner en marcha un plan de acción para convertirse en una fábrica cero emisiones, que la multinacional se ha marcado como reto para 2050.