El pasado viernes fue un día jubiloso para la cultura burgalesa. Se inauguraba en el Museo de Burgos una hermosa exposición construida sobre la base del notable legado que generosamente han donado los herederos de Maese Calvo a esta institución. Las gestiones, ya iniciadas por el anterior director Juan Carlos Elorza, han fructificado bajo el mandato de la actual directora Marta Negro. Tras una cuidadosa catalogación salen a la luz proyectos, cartas, modelos, instrumentos de taller, fotografías, etc., que nos permiten acercarnos a una figura de la que los más mayores aún tienen recuerdos y vivencias por compartir. La magnífica biografía que le dedicó Antonio L. Bouza -al que por cierto esta ciudad le debe un homenaje- y la gran exposición que organizó el Instituto Municipal de Cultura nos permitieron tener una visión muy certera de lo que significó este laborioso artista, formado en la más que bicentenaria Academia de Dibujo del Consulado que tanto ha hecho y hace por fomentar el talento local. Hoy, gracias a este legado, inventariado y catalogado por la directora del museo, Marta Negro gran conocedora del arte burgalés, y por el brillante joven conservador Luis Araús del que tanto espera la cultura burgalesa, tenemos la posibilidad de ir redondeando la personalidad de uno de nuestros grandes creadores contemporáneos.

Dicho esto, creo que es un buen momento para reclamar que más pronto que tarde se produzca la ansiada y retrasada ampliación del Museo de Burgos, uno de los más importantes de España que conserva piezas de primer orden a nivel mundial como su colección de esmaltes medievales. Un museo que sobrevive precariamente, con un presupuesto exiguo si lo comparamos con los de otras instituciones museográficas burgalesas, y que necesita ya esa ampliación para la cual se adquirieron, en su día, distintos inmuebles anexos que perfectamente recuperados permitirán que el inmenso y desconocido patrimonio que custodia en sus depósitos esta institución, una de las más antiguas de Burgos ligadas a la cultura, pueda exponerse correctamente. Allí, sin duda, tendrán un puesto de honor los legados de Maese Calvo y de Luis Sáez recientemente incorporados a sus colecciones.