Entre las cincuenta mejores

B.G.R.
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Dos estudiantes burgalesas de Bachillerato han sido reconocidas con una Beca Europa por su excelente expediente.Se presentaron 3.000 candidatos de toda España y tuvieron que superar un riguroso proceso de selección

Inés Vallejo y Julia de Pablo - Foto: Luis López Araico Valdivielso

Han estado desde el curso pasado superando pruebas. Primero fue un cuestionario de preguntas personales en el que temían que mostrar su motivación. Después, durante el verano pasado, tuvieron que preparar un vídeo en el que presentarse y mostrar su forma de ser y sus inquietudes. Más tarde se enfrentaron a un test psicotécnico y a un prueba de inglés, antes de que llegara la parte final del proceso de selección: la realización de un proyecto en grupo que poder defender. Pero antes de todo, cumplían con uno de los requisitos iniciales, su brillante expediente.
El programa Becas Europa está promovido por la Universidad Francisco de Vitoria y el Banco Santander. Busca reconocer a los alumnos de Bachillerato más destacados de España, no solo en sus estudios, sino también en sus actitudes. A esta convocatoria se han presentado 3.000, de los cuales 50 han llegado a la final. La representación burgalesa ha sido muy destacable, con dos alumnas seleccionadas de cinco en el conjunto de la región. 
En esta ocasión y debido a la pandemia, no podrán realizar en julio el soñado viaje por los principales campus europeos que incluye este galardón, sino que recorrerán las universidades más prestigiosas del país, asistirán a conferencias, participarán en actividades formativas con autoridades del ámbito político, académico y de la investigación y mantendrán un encuentro con los Reyes.

Inés Vallejo (alumna de Jesuitas) «No me lo esperaba. Todos los candidatos eran muy válidos».

Cuando el pasado mes de abril se publicó el listado de los 5o estudiantes seleccionados para las Becas Europa, estaba tan nerviosa que no se atrevía a abrirlo. Llamó a una amiga para que lo hiciera en su lugar. Ahí estaba su nombre, Inés Vallejo, alumna de segundo de Bachillerato del colegio concertado Jesuitas. «No me lo esperaba. Todos los candidatos eran muy válidos y competentes. Yo  me preguntaba cómo había llegado hasta aquí», reconoce esta joven burgalesa con 18 años recién cumplidos que se define como «trabajadora, constante y con ganas de hacer cosas».
El camino pasa primero por haber obtenido una nota media de 9,8 en primero de Bachillerato y después por haber demostrado aptitudes y habilidades más allá de lo académico. Nunca antes había oído hablar del programa, ni tampoco conocía a nadie que se hubiera presentado, pero decidió aprovechar la oportunidad porque «los trenes solo pasan una vez». Se presentó y fue superando las distintas fases de selección, que se han desarrollado en modalidad online debido a la pandemia, hasta llegar a la presentación del proyecto, que en su caso estaba relacionado con la economía y la pandemia, cuando ya quedaban 150 finalistas. Se trata de una aplicación para fomentar el comercio local, que elaboró junto a compañeros de otros puntos de España, con interminables videollamadas para que fuera una herramienta perfecta que pudiera hacerse realidad.
Compartir experiencias con otros estudiantes ha sido la mayor satisfacción que le ha reportado participar en el programa y se muestra entusiasmada con el recorrido que realizarán por distintos campus. Tampoco oculta la ilusión de poder entrar en la Escuela de Liderazgo Universitario de la Francisco de Vitoria, que podría compaginar con la carrera que quiere estudiar en el País Vasco: un doble grado de Economía y ADE para el que debe conseguir una nota de corte de 11,8 de un total de 14 puntos. Lograr la beca ha supuesto un doble esfuerzo en el año de la EBAU, pero reconoce que ha merecido la pena.

 

Julia de Pablo (alumna del colegio San Gabriel de Aranda) «Ha sido un reconocimiento y un orgullo que ha merecido la pena»

 

Tiene 16 años y estudia segundo de Bachillerato porque su expediente académico le ha permitido flexibilizar sus estudios. Toca varios instrumentos musicales (violín, clarinete y piano), practica orientación, es amante de la lectura, ha ganado un concurso de relatos y le gusta pasar tiempo con sus amigos. Julia de Pablo se define como «generosa y trabajadora» y se ha enfrentado al proceso relativamente tranquila porque se encontraba cómoda con la dinámica de las pruebas.
Conoció la iniciativa a través de una de las participantes en el STEM Talent Girl, el programa de fomento del talento femenino del que ella también forma parte, y en cuanto tuvo la oportunidad se presentó al certamen. «Siempre tienes la esperanza de poder llegar a la final porque, de lo contrario, no lo hubiera hecho», explica Julia de Pablo.
El proyecto que defendió estaba relacionado con la creación de una plataforma, a modo de red social, que pone en contacto a empresas que se encuentran en dificultades por la pandemia, con otras que presentan la situación contraria y que están dispuestas a ayudar a las primeras. Trabajó con alumnos de Madrid, Málaga, Valladolid o Canarias, en reuniones virtuales eternas que «sabías cuándo empezaban pero no cuándo terminaban».    
Con una nota media de 10 en su expediente académico, De Pablo reconoce que estar entre los 50 finalistas significa un «orgullo y un reconocimiento» a un trabajo realizado «que ha merecido la pena», además de que no muestra ninguna duda a la hora de confirmar que se presentará al proceso para entrar en la Escuela de Liderazgo de la Francisco de Vitoria, ya que de esta forma puede complementar con otras áreas la carrera que quiera estudiar. 
Aspira a cursar Ingeniería Aeroespacial en la Universidad Carlos III. «Es un grado bastante completo para lo que yo busco porque te permite trabajar en muchos campos», explica. Necesita más de un 13 de nota de acceso y reconoce que se ve capaz de conseguirlo, aunque «siempre surgen dudas y nervios porque el nivel es muy alto».