Atapuerca se viste para dar la Batalla todo el año

P.C.P.
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Habrá edición presencial de esta recreación histórica, con limitaciones según la situación sanitaria de finales de agosto, campo de trabajo juvenil, otros dos gigantes y realidad virtual con gafas 3D en el Centro de Participación Turística

Ignacio Martínez e Isabel Torrientes, delante de los gigantones de García III (i.) y Fernando I. - Foto: Patricia

La Asociación Amigos de Atapuerca ha exprimido al máximo el tiempo de pandemia y se prepara para dar la Batalla todo el año. No solo habrá, salvo imponderables, representación presencial y con público del histórico enfrentamiento el domingo 22 de agosto, sino que también se celebrará el campo de trabajo juvenil, abrirán el Centro de Participación Turística todas las tardes de julio y agosto (salvo los domingos), y los dos gigantones tendrán compañía y, si suena la gaita, música para desfilar con nuevo estandarte.

Todo, con el objetivo a medio plazo de obtener la declaración de Interés Turístico Nacional para una  fiesta que ya tiene la distinción regional. «Para ello necesitamos un equipamiento que lo respalde, algo más que una fiesta», explica Ignacio Martínez, presidente del CIT Sierra de Atapuerca. De ahí que sus esfuerzos se hayan centrado en crear el Centro de Participación Turística, algo distinto y único en España. «Centros de interpretación (CIT) hay muchos pero de participación no existen», recalca. «Y para nosotros es muy importante poder vivir Batalla todo el año», añade Isabel Torrientes, presidenta de la Asociación. El proyecto se inició hace 3 años con los jóvenes del campo de voluntariado en las antiguas escuelas Pablo García Vilumbrales, donde estaba el primer centro de recepción de visitantes de Atapuerca. «Tuvimos propuestas de crear el centro con una mayor inversión económica pero las descartamos porque no era viable. Lo que más nos preocupa es la sostenibilidad», explica rodeado de los palés de madera que soportan los contenidos a modo de expositores.  

También han reciclado un mostrador y unos sillones para organizar la Oficina de Información Turística, que ha conseguido el sello de turismo de confianza de la Junta de Castilla y León, y aprovechado una ayuda de Sodebur para recursos digitales. En breve colocarán los códigos QR que, al igual que en la iglesia de San Martín facilitará las visitas autoguiadas en castellano, inglés y francés, y que será accesible también a aquellas personas con capacidades diversas y problemas visuales.

El espacio expositivo, en el que destaca un carro ‘ganado’ a la carcoma, se combinará con juegos de madera. Al tres en raya que ya ha movido ficha se unirán un rompecabezas, un dominó, un ajedrez... Y por supuesto espadas y escudos con los que batallar, de momento físicamente, aunque al fondo espera una pared negra para proyectar sobre ella la realidad virtual, enfundarse el traje de época y elegir si unirse a las huestes de don Fernando o don García, aun sabiendo que la historia acaba menos bien para uno de ellos (...).

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