Inflación y el alto interés retraen la demanda de coches

L.M.
-

El 85% de las operaciones de compraventa de vehículos entre particulares vienen acompañadas de la solicitud de un crédito bancario

Los altos precios y la escasa liquidez provocan que hasta el 85% de los burgaleses soliciten un crédito a la hora de adquirir un vehículo. - Foto: Luis López Araico

Comprarse un coche no conlleva un desembolso económico tan fuerte como hacerse con una casa. Sin embargo, los altos precios y la escasa liquidez provocan que hasta el 85% de los burgaleses soliciten un crédito a la hora de adquirir un vehículo. Así lo atestiguan desde la Asociación de Concesionarios de Automóviles de Burgos, que muestran su preocupación por las turbulencias financieras actuales.

El incremento de los tipos de interés que se viene sucediendo desde hace meses como consecuencia de la gran inflación está ya retrayendo a los compradores de la provincia. Los que optan por modalidades como el renting (alquilar un coche a largo plazo a cambio del pago de una cuota mensual) o el leasing (arrendamiento puro y duro) tampoco lo tienen fácil. «Están aplicando tipos de interés altísimos, que rondan el 9% o 9,5%», reconoce Carlos Arce.

Al igual que los préstamos para una casa, el mercado del automóvil tiembla con cada decisión de los Bancos Centrales de subir tipos. «Las entidades financieras no nos lo están poniendo nada fácil», lamenta.

Otra de las opciones son los créditos que ofrecen determinadas marcas a la hora de comprar uno de sus modelos. Sin embargo, tampoco se están logrando cuotas atractivas para los clientes. «Siempre hay promociones específicas para turismos o todoterrenos que interese sacar, pero nada del otro mundo», indica.

El 15% de los burgaleses que paga su vehículo al contado, reconocen desde Aconauto, suelen estar implicados en la compra de unidades de alta gama. «La gente se está empezando a replantear dejar de invertir su dinero en bienes de consumo y hacerlo en otros activos, como el caso de la vivienda, que les pueden ser más rentables», alerta.

2035 en el radar. La prohibición de la Unión Europea de vender coches con motores de combustión a partir de ese año es todo una declaración de intenciones. Desde la patronal de los concesionarios apuntan a los biocombustibles como una de las pocas opciones que les quedan para seguir dentro de este mercado. «Podrían ser una posible solución para zonas rurales o con una movilidad mucho más complicada», sentencia Carlos Arce, que reconoce que esta tecnología, que busca proteger a la industria automovilística, está aún «muy en pañales».