Las altas de empleadas del hogar caen un 15% desde 2017

ANGÉLICA GONZÁLEZ
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La plataforma que se creó para defender sus derechos -que reúne a 13 entidades de la provincia- calcula que sigue habiendo aún más de 200 mujeres que limpian y cuidan a personas en negro

María Eugenia Canchi y Cecilia Tomaselli, empleadas de hogar. - Foto: Luis L. Araico

En 2012 un cambio de legislación reguló la relación laboral de carácter especial de las empleadas de hogar a través del Real Decreto de Mejora de la Gestión y Protección Social en el Sistema Especial para Empleados de Hogar y otras medidas de carácter económico y social. Con ese motivo afloró en Burgos una importante cantidad del empleo en negro que hasta entonces existía en ese sector. Entre aquel momento y 2017 se regularizó hasta el 70% de las trabajadoras. Pero desde entonces, el número de altas en la Seguridad Social no ha dejado de descender hasta cerca del 15% en el último lustro. Así, si a finales del 17 había dadas de alta en este epígrafe 2.942 personas, a diciembre de 2021 el número estaba en 2.509. La evolución ha sido de esta manera: en 2018, 2.771; en 2019, 2.570; en 2020, 2.440 y en 2021 se recuperó ligeramente, apenas con 69 mujeres. Se trata de un sector absolutamente feminizado. Los varones que trabajan dados de alta en cuidados domésticos y personales ha oscilado en estos últimos cinco años entre el 2,7% y el 3,6% del total.

Las razones por las cuales se está reduciendo el número de trabajadoras dadas de alta no las tienen muy claras los miembros de la Plataforma que se creó en 2012, precisamente para defender sus derechos. Nacho García, del departamento de Intermediación de Cáritas, y Carla Molinari, orientadora laboral de Accem, apuntan al incremento del salario mínimo interprofesional que se experimentó entre 2018 y 2019, aunque destacan que en 2021 ha habido una ligera recuperación "probablemente por el miedo que aún tiene la gente a llevar a sus mayores a residencias o a centros de día y se opta por tener una persona en casa".

También explican que aún sigue habiendo un número importante de mujeres que siguen haciendo labores domésticos y cuidando a personas en negro. Los cálculos que hace la plataforma superan las 200 mujeres que están trabajando en este sector sin su alta correspondiente en la Seguridad Social, circunstancia que algunas veces es por su propia voluntad y en otras, por la de quien requiere o aspira a sus servicios.

María Eugenia Canchi y Cecilia Tomaselli, empleadas de hogar. María Eugenia Canchi y Cecilia Tomaselli, empleadas de hogar. - Foto: Luis L. Araico

La Plataforma del Empleo en el Hogar de Burgos nació a la vez que el cambio de legislación con el objetivo principal de promover la mejora de esas relaciones laborales, dignificar el trabajo de las empleadas de hogar e incrementar su reconocimiento específico. La conforman Accem, Promoción Gitana, La Rueda, Burgos Acoge, Betania, Cáritas, Casa de San Vicente Paúl, Cruz Roja, Fundación Secretariado Gitano, Fundación Cauce, Atalaya Intercultural, Religiosas María Inmaculada y el sindicato UGT.

En todo este tiempo, afirman que han conseguido un cierto empoderamiento de las mujeres que se ocupan en este sector, en el sentido de que ya conocen bastante bien sus derechos y que si les presentan ofertas por debajo de las tablas salariales existentes las rechazan y lo ponen en conocimiento de las diferentes entidades. "En la actualidad sí hay ofertas -explica Molinari- y si alguna recibe una abusiva enseguida nos lo cuenta y sabe que no puede aceptar, aunque también sigue habiendo casos en los que la necesidad es mayor".

Las entidades, además de poner en valor a este sector y velar por los derechos de las trabajadoras, a las que informa y asesora, dispone de una amplia bolsa de empleo y realiza intermediación laboral entre demandantes y aspirantes. En 2021 gestionaron 832 ofertas entre Accem, Burgos Acoge, Asociación para la Defensa de la Mujer La Rueda, Fundación Cauce, Cruz Roja y Cáritas y se insertó laboralmente a un total 358 personas.

SIN DERECHO A PARO. La cotización como empleada de hogar no da derecho al cobro de desempleo, una situación que la Plataforma considera absolutamente injusta y abusiva y por eso, coincidiendo con el Día Internacional de las Trabajadoras del Hogar, vuelven a reivindicarlo y a recordar que Europa le está exigiendo a España que incluya este derecho para el sector.

"El Tribunal de Justicia de la Unión Europea ha concluido que España no se ajusta a la normativa comunitaria y discrimina a las empleadas de hogar al negarles el derecho al paro y abocarlas a una situación de desamparo social. Además, el Alto tribunal considera que esta exclusión constituye una discriminación indirecta por razón de sexo ya que las mujeres representan más del 90% de este colectivo", recuerdan Nacho García y Carla Molinari. Pero dentro de este panorama bastante oscuro ha aparecido una luz en forma de una sentencia de un juzgado gallego que ha dado la razón a una empleada de hogar en su derecho a cotizar por la prestación de desempleo .

El Ministerio de Trabajo se ha pronunciado sobre la sentencia y ha anunciado que permitirá acelerar la equiparación definitiva con el resto de regímenes, a la vez que ha recordado que es una prioridad para el departamento que dirige Yolanda Díaz.

 

TESTIMONIOS.

"La formación en este sector es importante. He hecho todos los cursos que he podido"

María Eugenia Canchi pasó seis años en el Ejército pero cuando decidió aumentar la familia cambio de sector: "No podía compaginarlo con el cuidado de mis niños". Y la opción de emplearse como doméstica no le pareció mal. Así lleva ya bastantes años en los que se ha ocupado de ancianos, de una pareja de mellizos y ahora ayuda a un hombre viudo con dos niños, trabajo que compagina con la limpieza de un hostal: "Siempre me he formado, creo que es muy importante ser profesional en este sector y yo he hecho todos los cursos que he podido"

"El trabajo es muy bueno, los niños se portan bien y se me respetan todos mis derechos, estoy muy contenta", explica. Este empleo lo encontró de una manera peculiar. Estaba en una cola y comenzó a hablar con otra mujer que se encontraba delante de ella. Que cómo está el trabajo, que a qué te dedicas... Y la señora le contó que cuidaba de dos niños pero que lo iba a dejar porque ya la edad no la acompañaba. "¿Podría yo hacerme cargo de esos pequeños?", le preguntó. Sin perder un minuto le pasó el teléfono de contacto, habló con el padre y le dio como referencia Cáritas.

Allí, en el listado del intermediador Nacho García estaba su nombre. Se produjo una entrevista con el empleador y la relación laboral siguió adelante con gran satisfacción por las dos partes. "Estoy muy contento con su trabajo", dice Javier, su jefe, que siempre ha tenido muy buenas experiencias con Cáritas, hasta el punto de que ha decidido que en la próxima declaración de la renta va a marcar solo la casilla de la Iglesia Católica.

 

"Los cuidados a una persona mayor requieren toda la paciencia del mundo. Pero yo estoy muy contenta"

Llegó a Burgos en diciembre de 2019 de la mano de unos amigos, porque las cosas en Argentina no andaban bien. Tal es así, que después de más de veinte años trabajando en el departamento de Tráfico de Buenos Aires fue despedida. Cecilia Tomaselli no se vino abajo y aprovechando que por haber nacido en Italia tenía derecho a la documentación pertinente para trabajar en la Unión Europea se presentó en Cáritas y consiguió en plena pandemia un empleo cuidado de dos ancianos con demencia senil. "Creo que yo era de las pocas personas que andaba por la calle en esos días", recuerda.

Siete meses después lo tuvo que dejar porque estas personas fueron ingresadas en una residencia y pasó tres meses en el paro. Luego apareció una oportunidad de poco tiempo como auxiliar de ayuda a domicilio y ahora está a media jornada cuidando a una mujer mayor con alzhéimer. "Los cuidados a una persona mayor requieren toda la paciencia del mundo. Pero yo estoy muy contenta".

Lamenta estar tan lejos de su familia pero el móvil suple los miles de kilómetros. Y aquí ha encontrado un sostén emocional no solo en Cáritas sino en la parroquia de San Pablo y en la de la Inmaculada "donde hay unas voluntarias divinas".