El Ayuntamiento de Los Barrios de Bureba construyó un pozo para la pedanía de Las Vesgas con el fin de abastecer de agua con un porcentaje de nitratos apto para su consumo al resto de localidades pertenecientes al municipio que sufren los mismos problemas. Sin embargo, el proyecto con el que pretendían dar carpetazo al asunto no ha salido como lo esperado, ya que los análisis realizados revelan exceso de arsénico y no de nitratos en el agua.

Con el fin de lograr potabilizar el agua llevaron a cabo una perforación de 90 metros de profundidad para analizarla, y aunque el alcalde, Elías Plaza, declaró en su momento que «nos han garantizado que estará sana», las cifras obtenidas demuestran lo contrario. La idea que barajaba el equipo de gobierno se centraba en construir una red de unos cuatro kilómetros de distancia que uniese el pozo con el depósito de Los Barrios y que llegase hasta Barrio de Díaz Ruiz, pero, por el momento, queda aparcada.

Para hacer frente a los contratiempos, Plaza explica que instalarán «en el interior del pozo varios equipos que filtran el arsénico con garantía y que requieren de poco mantenimiento. Nos supondrá un gasto anual de unos 5.000 euros y una inversión primitiva de 10.000. Esperemos que así se reduzcan los niveles y los residentes en Solduengo, Barrio y Las Vesgas pueden consumir después de tanto tiempo agua del grifo».

En el caso de que los planes se arruinen, deberán construir otro y comenzar a sacar muestras de agua en distintas tomas. «En el que ya hemos perforado empezó a salir agua a los 20 metros, luego a los 36, después a los 60 y a los 90 lo dejamos porque no brotaba más. Creemos que la veta de los 60 es la que está contaminando el sondeo», añade el regidor. Los datos de los que disponen indican que si toman una prueba superficial, la concentración de arsénico ronda los 16 parte por billón de partes (ppb), y en el interior 36, alejándose de las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud, que aconseja como criterio provisional para el agua de bebida 10 ppb.

Las tres localidades afectadas comparten también el mismo contratiempo relacionado con los nitratos, aunque los índices no resultan tan escandalosos como, por ejemplo, los de Grisaleña. Los valores están bastante ajustados, entre los 55 y 60 mg/l pero su consumo continúa siendo nocivo para la salud por sobrepasar los 50. Hasta que las cifras no descienda y se solucione la complicada situación, el equipo de gobierno continuará entregando cinco litros por semana de agua embotellada a los vecinos que residen de continuo en los pueblos. Hasta que las cifras no descienda y se solucione la complicada situación, el equipo de gobierno continuará entregando cinco litros por semana de agua embotellada a los vecinos que residen de continuo en los pueblos.

Destrozos en el depósito. Una simple obra en el depósito de agua de Terrazos ha vuelto a provocar que salten chispas entre los vecinos. El vallado de la pedanía está detrás de la polémica, en esta ocasión porque parte de él ha aparecido arrancado. «Hace meses recibimos amenazas en el Ayuntamiento de que iban a quitar la valla, y finalmente han cumplido la promesa», relata el alcalde, Elías Plaza. Los hechos se han denunciado y el regidor solo espera que «no se vuelvan a repetir».

En 2021 la Guardia Civil tuvo que intervenir en un enfrentamiento motivado por las competencias de la gestión del agua y la instalación de un perímetro para proteger el lugar.